En las imágenes, tomadas por el sistema de monitoreo interno de la Parroquia San Antonio de Claret se puede ver como el ladrón saca del interior del bolso de una de las feligresas un teléfono móvil. De inmediato, se encamina hacia la salida y, antes de ganar el exterior, se detiene, moja sus manos en agua bendita y se persigna.
"Solo confirmo que es verdad lo ocurrido esta mañana. Así de mala está la seguridad en todas partes, incluidas las iglesias. Nosotros tenemos la oportunidad de grabarlos y seguro que aquí roban menos por eso", le dijo el padre Enrique Escribano, cura párroco de la iglesia donde se registró el robo, al diario El Comercio de Ecuador.