Clauvino da Silva, conocido como "Baixinho", había sido condenado a 73 años y diez meses de prisión, y estaba preso en Bangú 3, una de las mayores prisiones de Brasil. El narco utilizó la visita de su hija de 19 años y de la complicidad, al parecer, de una mujer embarazada, que por estar exenta de pasar por los rayos X introdujo el disfraz con el que intentó fugarse. "Baixinho" utilizó una máscara de látex, una peluca y ropas de mujer para resultar irreconocible.
Los agentes penitenciarios abortaron su fuga cuando se disponía a reclamar el documento de identificación dejado por su hija, quien permanecía dentro de la cárcel.
La joven, identificada como Ana Gabriele Leandro da Silva, fue detenida y deberá responder ante las autoridades por el delito de facilitación de fuga, que prevé una pena de reclusión de entre seis meses y dos años.