Munira Abdulla fue hospitalizada y pasó las siguientes décadas conectada a las máquinas para mantenerla con vida.
Sin embargo, en abril del 2017, el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed al Nahyan, se enteró del caso y otorgó a la familia una subvención para el tratamiento. Munira fue trasladada a Alemania, donde se sometió a cirugías para reparar sus músculos y le dieron medicamentos para mejorar sus patrones de sueño.
Días después de la rehabilitación, la mujer comenzó a hacer sonidos extraños tras escuchar que su hijo había estado involucrado en una discusión en su habitación del hospital. Tres días más tarde llamó a Omar por su nombre por primera vez en décadas.
"¡Yo volaba de alegría! Durante años he soñado con este momento, y mi nombre fue la primera palabra que dijo", contó Omar.
Ahora Munira ya puede recitar oraciones y mantener conversaciones con sus seres queridos. No obstante, todavía necesita fisioterapia regular para tratar los problemas con sus músculos.
A car crash in 1991 left Munira Abdulla in a comatose state but her son never lost hope that she would wake up https://t.co/wD2vtr0KJU
— The National (@TheNationalUAE) 23 de abril de 2019