Por eso, el matrimonio decidió visitar el casino yanqui de Atlantic City, donde Harold McDowell hizo una apuesta de cinco dólares en un juego de póker, indicó Crónica. El resultado fue increíble: con una escalera real de diamante ganó un premio de un millón de dólares.
"Me quedé estupefacto, sentado allí como un idiota", contó, antes de agregar: "Nuestras vidas probablemente permanecerán más o menos igual, Pero podría mejorar para nuestros hijos".
Sin embargo, McDowell mantiene los pies sobre la tierra: "La mejor noticia es la salud de mi mujer, el dinero al fin y al cabo no es lo más importante".