Internacionales Tenía 60 años

Murió uno de los últimos rinocerontes blancos del mundo

Durante los últimos 10 años, la Hacienda Nápoles fue el hogar de Vera, uno de los últimos cuatro rinocerontes blancos que existen en el mundo, y que llegó a Colombia en la época del auge del narcotráfico traído por Pablo Escobar.
Durante los últimos 10 años, la Hacienda Nápoles fue el hogar de Vera, uno de los últimos cuatro rinocerontes blancos que existen en el mundo, y que llegó a Colombia en la época del auge del narcotráfico traído por el líder del Cartel de Medellín, Pablo Escobar, para hacer parte de su zoológico personal.

Vera murió tranquila y sin dolor a sus más de 60 años, asistida por científicos y técnicos del ahora parque temático. Presentó síntomas de osteoartritis degenerativa y enfermedad articular en varios miembros posteriores debido a su vejez. Su muerte es una pérdida para el mundo, al ser una especie al borde de la extinción.

Ello, porque en marzo de este año, y por las mismas condiciones de salud, falleció en un centro de conservación de Kenia, en África, el último ejemplar macho de la especie llamado Sudán. Así, solo quedan en el mundo tres rinocerontes blancos, que varios científicos esperan poder reproducir a través de técnicas genéticas avanzadas que están en estudios, al no lograrlo de forma natural.

Vera llegó a Colombia en la década de los años ochenta, cuando fue comprada en Estados Unidos por el clan Ochoa, otros socios fundadores del Cartel de Medellín, y la tuvieron en una finca de su propiedad en el departamento de Atlántico antes de darla a Escobar; según contó a AFP el director del parque Hacienda Nápoles, Carlos Palacio.

Con el fallecimiento del capo y la extinción de dominio, el animal fue llevado al Zoológico Santa Fe, de Medellín, donde vivió por dos décadas. Hasta el 2008, cuando regresó a la Hacienda Nápoles, ubicada en el municipio de Puerto Triunfo, en Antioquia, y que una vez fue reconocida por ser el símbolo de las excentricidades de la mafia.

En el terreno de 1920 hectáreas de extensión que adquirió el capo en 1978 construyó una lujosa mansión estilo colonial para su esposa e hijos, y otras casas para sus familiares. Tenía varias piscinas, lagos artificiales, gasolinera propia, pistas de aterrizaje de avionetas y helipuertos, una colección de autos y motos, establos de caballos.

Pero quizás lo más llamativo del lugar fue el zoológico que creó con animales que compró ilegalmente en el exterior. Entre ellos jirafas, hipopótamos, elefantes, flamingos, dromedarios, búfalos, canguros, avestruces y muchas aves exóticas.

"En el Parque Temático Hacienda Nápoles, Vera tuvo un lugar donde pudo pasar feliz los últimos diez años de su vida, en un hábitat especial, amplio, con todas las características de su ambiente natural y al cuidado de expertos en conservación de especies animales", manifestó el parque en un comunicado, que le hizo un sepelio simbólico al rinoceronte para despedirla.
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