En la operación de rescate trabajan unas 90 personas, que están poniendo grandes esfuerzos y recursos para poder sacar a todos de la cueva.
Los 18 buzos son los responsables de haber conducido a los chicos por los estrechos pasadizos de la cueva, en un recorrido de unos 4 kilómetros que les demandó casi 10 horas desde que ingresaron y hasta que pudieron salir a superficie con los chicos a salvo.
Los expertos atravesaron unos cuatro kilómetros de estrechos pasadizos por donde debieron bucear túneles inundados, superar desniveles y cubrir largas caminatas entre corrientes de agua y rocas.
Una vez que llegaron adonde se encontraban los nenes y su entrenador, a más de 4 kilómetros de la boca de salida, los expertos iniciaron de manera gradual el viaje de vuelta en pequeños grupos formados por dos rescatistas y uno de los atrapados.
Los menores, muchos de los cuales antes del rescate no sabían nadar, recibieron en estos días un curso intensivo sobre el manejo de los equipos de inmersión.
Durante la misión utilizaron máscaras especiales que cubren toda la cara y les permiten respirar de manera natural, además de comunicarse con los equipos de salvamento. Además, antes de iniciar la salida de la cueva, los buzos les dieron tranquilizantes, para evitar que entraran en pánico a lo largo del recorrido.
Los expertos buzos, quienes alertaban del riesgo de la misión pero aseguraban que era la vía más factible, permanecerán en todo momento unidos a los niños para guiarles.
El primero de los operativos se realizó el domingo, a las 10 de la mañana hora local, cuando ingresaron a la cueva. El primer rescate concluyó 8 horas después. Y los otros tres chicos rescatados el domingo salieron dos horas después. El lunes, en tanto, se inició el segundo operativo exitoso. El mismo grupo de 18 buzos fue el encargado de sacar a los otros cuatro chicos rescatados este lunes. Con ocho de los 12 chicos ya afuera de la cueva de Tailandia, las operaciones de rescate entraron en una nueva pausa este lunes.
