El lugar está reglado por un entramado que combina pasadizos estrechos y cámaras más amplias, como en la que están resguardados los trece supervivientes.
El problema central con el que se han topado los cuerpos de rescate es la dificultad para avanzar por la cueva debido a las lluvias que azotan el norte de Tailandia. Los doce niños podrían estar meses flanqueados por estalagtitas, estalagmitas y columnas de barro. Todo ello en plena oscuridad. "Hace calor, está muy oscuro y el agua cae por las paredes", contó Ben Reymenants, un buzo que participa en la operación, a BBC desde el lugar de los hechos.
La Playa Pattaya es una de las cámaras más amplias de la cueva, el lugar en la red de la cueva donde los buzos pensaban en un primer momento que se encontraban los 12 niños. Sin embargo, las crecientes lluvias obligaron al grupo a seguir avanzando por dentro de los túneles de la cueva. La temporada de lluvias monzónicas amenaza con retrasar el rescate de los trece extraviados, factor crucial en la operación de rescate y en el bienestar del grupo.
Gracias al trabajo conjunto de especialistas de países de todo el mundo, los niños y el instructor tienen comida, luz eléctrica, mantas y un grupo de siete buzos de la Marina haciéndoles compañía. Ya están practicando técnicas de buceo para tratar de salir así de la cueva.