La "pueblada" en la principal ciudad de la selva amazónica se produjo en medio de las denuncias de los sindicatos de que las patronales del transporte colectivo preparaban despidos masivos y no estaban dispuestos a pagar un prometido aumento del 5,5%, postergado desde 2016.
La huelga de colectiveros en Manaos se inició la semana pasada, durante el caos generado en el país por la paralización de los camioneros en todo Brasil, lo que provocó un inédito desabastecimiento de combustibles y alimentos frescos.
La Justicia ordenó un servicio de emergencia que no fue cumplido por los sindicatos, tras lo cual se registraron los episodios de violencia.
Tres terminales de colectivos se convirtieron en una zona de guerra, donde hubo represión con gas pimienta y balas de goma.
Las protestas, luego, confluyeron en protestas contra el presidente Michel Temer y el alcalde de Manaos, Arthur Virgilio Neto, según informó el diario A Crítica, de la capital del estado de Amazonas, fronterizo con Perú y Colombia.