Los cadáveres de su madre, Katrina Miles, de 35 años, y de los padres de ésta, Cynda Miles, de 58, y Peter Miles, de 61, también fueron descubiertos cerca de allí.
Aaron Cockman, que explicó a la prensa que estaba separado de su esposa, acusó a su suegro de haber premeditado los asesinatos. "Creo que pensó en ello seriamente", declaró Cockman a los periodistas en Margaret River. "Creo que pensó en ello durante mucho tiempo", añadió en su primera declaración pública desde la matanza. La policía, convencida de que fue un miembro de la familia quien mató a los demás antes de suicidarse, había indicado el sábado que no buscaba a ningún sospechoso y que aún era demasiado pronto para identificar quién estaba detrás de los asesinatos.
El comisario Chris Dawson había anunciado, sin embargo, el hallazgo de tres armas de fuego con permisos a nombre de Peter Miles. La policía no desveló cuál podría ser el motivo del crimen.
Ese tipo de matanzas es poco frecuente en Australia, donde las leyes sobre la tenencia de armas de fuego son muy estrictas. Todas deben ser registradas, pero muchas son importadas ilegalmente por el crimen organizado.
Se trata de la peor masacre en Australia desde la que dejó 35 muertos en 1996 en Port Arthur, en Tasmania. (AFP-NA)