Los hechos ocurrieron en el Complejo de Prisiones de Santa Izabel, cuando el grupo de internos trataba de huir con apoyo de hombres "fuertemente armados" en las afueras del centro que incluso lanzaron "explosivos" contra uno de los muros, precisó la Secretaría de Seguridad del estado de Pará en un comunicado.
Según el diario O Globo, los atacantes tuvieron apoyo desde dentro por parte de reclusos armados. En el intento de sacar a los presos se usaron explosivos contra uno de los muros del presidio, añadió O Globo.
Brasil tiene desde hace años problemas de descontrol con sus prisiones, muchas de ellas sobrepobladas y controladas por el crimen organizado.
Con más de 622.000 reclusos, el país tiene la cuarta población penitenciaria del mundo, sólo superada por Estados Unidos, China y Rusia, y tiene apenas capacidad para 371.884 presos. Según la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch, el 40% de los detenidos aún no ha pasado por un juicio, y la enorme mayoría son jóvenes de raza negra y bajos recursos, detenidos por delitos menores.