Internacionales "La cima de la montaña"

A 50 años de la muerte de Martin Luther King, recuerdan su último mensaje

La Iglesia Mason Temple, de la ciudad estadounidense de Memphis, fue escenario de una emotiva ceremonia en la que se recordó el último mensaje al mundo del líder afroamericano Martin Luther King, de cuyo asesinato se cumplen hoy 50 años.
Todo el mundo recuerda "el sueño" de Martin Luther King, pero no son tantos lo que reconocen "la cima de la montaña", último gran discurso que dio en Memphis en la víspera de su asesinato y en el que profetizaba sin miedo su propia muerte, sin saberla tan cercana.
"Me gustaría vivir una larga vida, pero eso no me preocupa ahora, dijo horas antes de recibir un balazo letal. Solo quiero hacer la voluntad de Dios. Él me ha permitido llegar a la cima de la montaña. He mirado desde allí y he visto la tierra prometida. Pero es posible que no llegue allí con vosotros".

La iglesia Mason Temple, escenario de su último mensaje al mundo, recordó anoche sus palabras con una ceremonia en la que aquellos jóvenes basureros que protagonizaron las huelgas previas a su magnicidio llenaron la sala de aplausos y nostalgia.
Con música góspel e intervenciones de activistas y líderes de derechos civiles, el espíritu movilizador del Premio Nobel (1964) inundó de nuevo el templo como lo hizo hace medio siglo.

Los hijos del pastor, Martin Luther King III y Bernice King, fueron protagonistas desde el mismo púlpito que usó su padre para dar su último sermón, y lo hicieron recordando que la tarea por la igualdad racial en Estados Unidos aún está pendiente, reseñó la agencia de noticias EFE.
"Están mirando a dos niños que perdieron a su padre", comenzó ante la audiencia la hija pequeña del líder de los derechos civiles, quien siguió los pasos de su progenitor como activista y pastora eclesiástica.

Bernice consideró que el título del último discurso de su padre podría haber sido "Estados Unidos puede irse al Infierno", y advirtió que aún hoy está en ese precipicio.
La activista, quien apenas tenía cinco años cuando asesinaron a su padre, aseguró que el país ha fallado en abordar lo que King consideraba los mayores demonios de la sociedad estadounidense: el racismo, la pobreza y el militarismo.

"El militarismo nos robó los recursos necesarios para manejar las discrepancias sociales en nuestra nación. Así que estoy aquí, 50 años después, para decir que es hora de que Estados Unidos se arrepienta, o puede que aún acabe en el infierno", reiteró desde el púlpito.
Su hermano Martin también hizo un alegato y pidió a la comunidad afroamericana que no desfallezca en su lucha por reducir sus altas tasas de pobreza, la violencia y la discriminación.

Lee Saunders, líder de uno de los mayores sindicatos del país, alertó que el camino hacia esa tierra prometida que mencionó King en su último discurso de esperanza puede ser tortuoso y lleno de traición.
"Cuando las comunidades de color son desproporcionadamente pobres, cuando las comunidades negras son desproporcionadamente dañadas por el encarcelamiento masivo, ¿hemos llegado a la tierra prometida?", preguntó Saunders.

King, que había nacido el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia, murió a las 18.01 del 4 de abril de 1968 por un disparo a quemarropa en la garganta que le descerrajó James Earl Ray, un hombre blanco racista, cuando salía junto a tres amigos de la habitación 306 del Motel Lorraine de Memphis.
El asesinato desató una gigantesca ola de furia negra en todo Estados Unidos que dejó 43 muertos, 3.500 heridos y 27.000 detenidos.
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