Internacionales Cede el poder a Piñera

Chile: Bachelet deja su segundo mandato con un balance dispar de su gestión

La mandataria socialista, la primera en ser reelegida desde la vuelta de la democracia en 1990, concluye su segundo gobierno con 56 de cumplimiento de su programa, según un estudio reciente.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, entregará nuevamente este domingo la banda presidencial al centroderechista Sebastián Piñera, un gesto con el que pondrá fin a un segundo mandato marcado por ambiciosas reformas que no siempre estuvieron a la altura de sus promesas electorales.

La mandataria socialista, la primera en ser reelegida desde la vuelta de la democracia en 1990, concluye su segundo gobierno con 56 por ciento de cumplimiento de su programa, según los resultados de un estudio reciente de la fundación Ciudadano Inteligente.

Si bien durante la campaña Bachelet habló de "compromisos" -que a su criterio podían cumplirse- y no de promesas, lo cierto es que el balance es dispar.

Las ambiciosas reformas contempladas en su programa -educación, aborto, trabajo, igualdad- suponían una revolución para la tradicional sociedad chilena que, sin embargo, dejaron un sabor agridulce, tanto a sus detractores como a sus simpatizantes.

Ejemplo de ello fue la reforma educativa, una de las banderas de su campaña, que instaló la gratuidad a nivel preescolar, pero que se limitó a los sectores vulnerables en la educación universitaria.

Esta barrera decepcionó a los estudiantes, sus antiguos aliados, que consideraron los cambios "insuficientes".

Mientras tanto, las reformas tributaria y laboral no alcanzaron la dimensión deseada por la presidenta y, a su vez, generaron el rechazo de la clase empresarial que las calificó de "desprolijas".

Quizás, el mayor logro de su segundo gobierno haya sido la despenalización del aborto en caso de riesgo de vida para la madre, de violación o de inviabilidad fetal, una medida que permitió sacar a Chile de la lista de países que prohíben la interrupción del terapéutica del embarazo.

Y a sólo cinco días de dejar el cargo, Bachelet envió al Congreso Nacional el proyecto de una nueva Constitución, la gran deuda pendiente de su programa que pretende sustituir la carta magna vigente, elaborada durante la dictadura de Augusto Pinochet en 1980.

Sin embargo, la reforma constitucional dependerá del nuevo presidente, por lo que el proyecto tiene escasas probabilidades de salir adelante.El apoyo de la ciudadanía al segundo mandato de Bachelet está lejos del 84 por ciento de aprobación con el que terminó su primer gobierno en marzo de 2010, la cifra más alta registrada por un jefe de Estado chileno al momento de dejar el cargo.

Esta vez, según el sondeo publicado por la firma Adimark, la mandataria cuenta con 39 por ciento de respaldo, ocho puntos por debajo de obtenido por Piñera al dejar la presidencia en 2014.

Aunque Bachelet ganó la reelección con 62 por ciento de los votos en 2013, su popularidad nunca pudo recuperarse del golpe que supuso en 2015 el escándalo de corrupción protagonizado por su hijo, Sebastián Dávalos, y su nuera, Natalia Compagnon.

Acusados de tráfico de influencias y delitos tributarios, ambos están siendo actualmente investigados por la justicia chilena.

Con el fin de su segundo gobierno, la socialista se despide de la Presidencia, limitada en Chile a dos mandatos.

La vida política de Bachelet estuvo marcada por sus idas y vueltas.

La dirigente inició su militancia en el Partido Socialista (PS) durante el gobierno de Salvador Allende, cuando era estudiante de Medicina.

Tras el derrocamiento de Allende, su padre, el general Alberto Bachelet, fue detenido por negarse a participar del golpe y murió de un ataque al corazón el 12 de marzo de 1974 tras sufrir varios meses de tortura.

La joven continuó apoyando al proscripto PS hasta que fue detenida en 1975 junto a su madre en el centro de represión y tortura Villa Grimaldi. Poco después partieron al exilio, del que Bachelet regresó en 1979.
Alejada de la política hasta mediados de los 90, Bachelet fue creciendo poco a poco dentro del PS hasta convertirse en ministra de Salud bajo el gobierno de Ricardo Lagos, en 2000.

En 2002 asumió como ministra de Defensa y en 2006 se convirtió en la primera mujer presidente en Chile, cargo que ocupó hasta el 11 de marzo de 2010 cuando entregó la banda presidencial a Piñera.

Tras su mandato, Bachelet asumió como directora ejecutiva de la recién creada agencia ONU Mujeres.

Sin embargo, la ex presidenta se mantuvo como una de las figuras políticas mejor evaluadas por la ciudadanía chilena, lo que motivó su regreso al país en marzo de 2013 para convertirse nuevamente en candidata a la presidencia.
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