Apenas fue atendida, la chica denunció la precaria situación en la que sus padres mantenían a toda la familia. Según trascendió, la chica les dijo a los policías que estaba aterrorizada y que, si sus padres la descubrían, la "matarían".
Aunque está por cumplir la mayoría de edad, su estado de salud estaba tan deteriorado que los oficiales que fueron a su encuentro creyeron que no tenían más de diez años. Cuando la policía llegó no podía creer la situación en la que vivían. Los treces hermanos fueron llevados a hospitales de la zona y se recuperan "aliviados". Sus padres están imputados por "doce cargos de tortura, doce de confinamiento, seis de abuso infantil y otros seis de abuso de adulto dependiente", los cuales negaron antes la justicia. Si fueran declarados culpables, podrían enfrentar una condena de hasta 94 años de prisión. La fianza para ambos fue establecida en 13 millones de dólares. (AFP)