Dos millones de personas firmaron una "petición mundial" para respaldar la candidatura de este arte practicado actualmente en Nápoles por unos 3.000 pizzaioli y que según sus promotores "desempeña un rol esencial en la vida social y en la transmisión entre generaciones".
El presidente de la asociación de pizzaioli napolitanos, Sergio Miccù, había prometido que si su arte entraba en la lista lo festejaría "regalando pizza en las calles".
Más allá del espectacular manejo de la pasta, es una "habilidad culinaria" que asocia "canciones, sonrisas, técnica, espectáculo" y se remonta al siglo XVI, alegaban la candidatura italiana.
"Victoria!", reaccionó en Twitter Maurizio Martina, el ministro italiano de Agricultura. "Identidad enogastronómica italiana cada vez más defendida en el mundo".
"Larga vida al arte del pizzaiolo napolitano!", declaró en la misma red social Pecoraro Scano, uno de sus predecesores en el ministerio.L'arte del pizzaiuolo napoletano è patrimonio culturale dell'Umanità Unesco. Vittoria! Identità enogastronomica italiana sempre più tutelata nel mondo #pizzaUnesco pic.twitter.com/MgQ5izZWbf
— Maurizio Martina (@maumartina) 7 de diciembre de 2017
La lista creada, en 2003, contaba antes de la reunión de Corea del Sur con más de 365 tradiciones o expresiones vivas, entre ellas el flamenco español, la cerveza belga, la filosofía milenaria del yoga, el tango argentino o la rumba cubana.