Internacionales Tragedias bajo el mar

Desde 1963, se registran al menos seis submarinos perdidos en todo el mundo

La revista Ingeniería Naval recuerda que en el fondo del mar hay al menos seis submarinos nucleares, accidentados durante los largos años de la Guerra Fría o incluso después.
Hubo numerosos casos de submarinos perdidos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a hoy, en accidentes de diversa índole. La revista Ingeniería Naval recuerda que en el fondo del mar hay al menos seis submarinos nucleares, accidentados durante los largos años de la Guerra Fría o incluso después.

En 1963 se verificó el hundimiento del submarino estadounidense Thresher, que ocasionó la muerte de sus 129 tripulantes. La nave tocó profundidad a 2.560 metros. Según informes estadounidenses, una posible falla en el sistema de ductos fue la causa del hundimiento.

El año 1968 fue particularmente trágico. El 27 de enero, el submarino francés Minerve, de 57 metros de eslora, realizaba ejercicios junto a un avión de patrullaje en las costas de Provenza, en el Mediterráneo. Desde el Minerve avisaron a las 8 de la mañana a la aeronave que amarrarían en la base naval de Toulon una hora después. A pesar de que se encontraban a sólo 25 millas náuticas de la base, el sumergible nunca volvió a su destino, y las incansables tareas de búsqueda jamás encontraron rastros de la nave ni de sus 53 tripulantes. La profundidad de las aguas era de entre 1.000 y 2.000 metros.

Casi en el mismo día que sucedía la desaparición del Minerve, también en aguas mediterráneas ocurría otro hecho trágico con un sumergible, esta vez de bandera israelí. El submarino Dakar partió el 15 de enero de 1968 partió de Gibraltar con rumbo a Haifa, donde se esperaba que llegara el 2 de febrero. Diez días después, entre Creta y Chipre, dejó de comunicar su posición. Durante 30 años el destino del Dakar fue un misterio hasta que en 1999 se hallaron los restos de la nave, pero no el de sus 69 tripulantes.

También en 1968, Estados Unidos perdió un submarino nuclear. Los motivos por los cuales los restos de la nave yacen en el lecho del océano Atlántico, a 700 kilómetros de las islas Azores, no se conocen hasta el día de hoy. El 16 de mayo de 1968, el Scorpion salió de la base naval estadounidense de Rota, en España, en dirección a las Azores, para observar actividades soviéticas en la zona y luego llegar a la base de Norfolk, en Virginia. A seis días de su llegada prevista a Norfolk, no se tenían novedades del Scorpion. Se iniciaron las labores de búsqueda, que derivaron en el hallazgo de partes de la nave en el lecho marino.

El submarino soviético K-129 es un caso bastante conocido. En febrero de 1968 partió hacia aguas profundas. A mediados de marzo, las autoridades comenzaron a preocuparse, pues la nave no había enviado señales en dos ocasiones en las que tenía que reportarse. Los soviéticos jamás dieron con el K-129 y sus 83 tripulantes se dieron por muertos. El K-129 llevaba dos torpedos con cabezas nucleares.Estos cuatro casos ocurrieron solo en un año, 1968. En abril de 1970, 52 marineros soviéticos murieron a bordo del submarino K-8. Dos incendios simultáneos provocaron que la embarcación se hundiera en el Golfo de Vizcaya. Fue el primer accidente de un submarino nuclear de la URSS, aunque se sospecha que pudo haber muchos más.

El 26 de agosto de 1988 el submarino de Perú Pacocha, chocó con el pesquero japonés Kiowa Marú en proximidades del Callao. La colisión abrió una grieta de más de 2 metros y el submarino se fue a pique. La nave se asentó en el fondo, a 50 metros. Los marinos decidieron autoevacuarse y salieron por una escotilla lateral. De los 52 tripulantes, 8 murieron durante el naufragio.

Un incendio en un compartimiento provocó la catástrofe del submarino nuclear soviético Komsomolets en 1989. De los 69 hombres, 42 murieron. EL verdadero hito fue el caso del Kursk. El 14 de agosto del 2000, el K-141 Kursk se hundió con sus 118 tripulantes cuando navegaba por el mar de Barents, luego de que se produjeran dos explosiones en la sala de torpedos. El entonces novato Vladimir Putin y la Armada rusa mantuvieron en secreto la tragedia todo lo posible. El 30 de agosto del 2003, el submarino nuclear K-159 se hundió a 170 metros y con 10 personas a bordo, de las que solo una fue rescatada. El 5 de agosto de 2005 el sumergible de salvamento ruso Priz quedó atrapado a 190 metros de profundidad. Un submarino de rescate británico pudo salvarlo, incluidos los siete tripulantes.

La desaparición del ARA San Juan con 44 tripulantes a bordo, se suma a esta lista de accidentes ocurridos con submarinos a nivel mundial.
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