Durante el encuentro celebrado en la Clementina del Palacio Apostólico vaticano, se lamentó de la ciudad "que no soporta tampoco los callejones sin salida de la corrupción, donde se anidan las plagas de desintegración".
"No conoce los muros de la privatización del espacio público, donde el 'nosotros' se reduce a un eslogan, a un artificio retórico que enmascara los intereses de pocos", agregó Francisco.
Señaló que "la ciudad es un organismo viviente, un gran cuerpo animado donde, si una parte respira con dificultad, es porque no recibe de las otras oxígeno suficiente" y apuntó que piensa "en las realidades en las que hay poca disponibilidad y calidad de servicios, y se forman nuevos bolsones de pobreza y marginación".
"Es allí que la ciudad se mueve a doble velocidad: de un lado las autopistas de lo que corren con las necesidades híper-satisfechas, de la otra los estrechos de los pobres y desocupados, ed las familias numerosas, de los inmigrantes, de quien no tiene con quien contar", puntualizó.
En este sentido, el Pontífice pidió "una política de acogida y de integración, que no deje al margen a quien llega a nuestro territorio" y se lamentó del "innato temor hacia lo extranjero, un temor agravado por las heridas provocadas por la crisis económica".
Fuente: Agencia Télam