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Brasil: Se aprobó la reforma jubilatoria y hubo disturbios en el Congreso

Los sindicatos de la seguridad se manifestaron en las puertas del parlamento para rechazar una polémica reforma a la ley de pensiones que aumenta la edad para recibir el beneficio de la jubilación.
Vidrios rotos y gases lacrimógenos fue parte del saldo que dejó una protesta de sindicalistas frente al Congreso de Brasil este martes, en rechazo a la reforma de la ley de pensiones.

La policía legislativa fue la encargada de frenar la manifestación, que se opone a que el Parlamento apruebe el aumento de la edad de jubilación de los trabajadores del sector público. Hasta ahora no hay reporte de heridos, informó Folha.

Representantes de la Federación Nacional de Policía Federales indicaron que están en contra de la reforma como un todo, y no solo porque perjudica al sector seguridad. Entre sus principales argumentos está el hecho de que no quieren tener una edad mínima de jubilación de 60 años.

Según O Globo, el informe de la impopular reforma aún no estaba cerrado. La discusión era que en el proyecto original el gobierno de Michel Temer proponía una edad mínima de jubilación de 65 años para hombres y mujeres, pero el equipo negociador ha defendido una "reducción" para las féminas en los lapsos de cotización. Los legisladores del partido gobernante, sin embargo, también querían aumentar también la edad para el retiro.

En los últimos meses, el gobierno de Brasil ha emprendido una oleada de reformas neoliberales para reducir la inversión social y dar marcha atrás al estado de bienestar alcanzado durante las administraciones de Luiz Inácio Lula Da Silva y Dilma Rousseff, en medio de fuertes manifestaciones.

La congelación del gasto público por veinte años y, ahora, la reforma de la ley de pensiones tiene como objetivos, según Temer, la reducción del déficit público y la recuperación de la "confianza" de los mercados, en perjuicio de la inversión en sectores como la educación, la salud y la seguridad social.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha intentado presionar a Temer para que adopte medidas aún más férreas contra la población brasilera para lograr la "recuperación de la economía", publicó el portal Pulso. No obstante, la casi inexistente popularidad del mandatario, quien no llegó al poder por elecciones sino por un controvertido impeachment contra Rousseff, ha dado pie para multitudinarias manifestaciones en su contra y un agrio contexto político que puede azuzar la conflictividad social.

En la víspera, el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, ha defendido la reforma por considerar que "es una cuestión de necesidad matemática, financiera y fiscal", dijo a Prensa Latina.
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