Internacionales El respetado albinismo

Nietos del Sol: Cientos de niños albinos nacen en un pueblo aborigen de Panamá

Los Guna o Kuna son una de las comunidades indígenas, con una de las tasas de albinismo más elevadas del planeta, una condición que además, ha resultado una bendición para los llamados "hijos de la Luna".
En Panamá, existe una comunidad amerindia asentada desde hace unos cuatro siglos, que extendió su leyenda a miles de kilómetros como la raza de los "indios blancos". Se trata de una de las comunidades con una de las tasas de albinismo más elevadas del planeta, una condición que además, ha resultado una bendición para los llamados "hijos de la Luna".
Guna o Kuna es un pueblo indígena de Panamá con una tasa sorprendentemente alta de nacimientos de niños albinos.
No existe un censo oficial, pero, según datos de ONGs, uno de cada 150 niños guna es albino, mientras que en el mundo la tasa es de uno por cada 17.000, según Reuters.
A diferencia de los albinos en África, en Panamá los albinos no son objeto de discriminación, si bien su vida corre peligro por el clima tropical y el sol ardiente. Entre los 80.000 indígenas Guna hay cientos de albinos, aunque no existen datos oficiales.
Los albinos tienen que evitar el sol que les hace daño, algo que es complicado en el clima de Panamá. Más de la mitad de los albinos Guna sufren por cáncer de piel, y su cantidad crece. Los albinos Guna también sufren por nistagmo, un movimiento involuntario e incontrolable de ojos.
A diferencia de los tanzanos, actualmente los guna respetan y cuidan a los albinos. En el siglo pasado los guna mataban a los albinos creyendo que eran bastardos de los europeos.
Una leyenda dice que el primer albino fue enviado por el dios Bab Dummat, y fue padre del sol. Sus descendientes albinos se llaman los Hijos de la Luna o los Nietos del Sol.
En una de las tradiciones de los kuna, los niños albinos asumen el poder de disparar con flechas a la Luna en días de eclipse, para que puedan descubrir nuevamente al sol. Incluso, los propios albinos de la aldea se asumen como seres con poderes curativos, o se convierten en líderes comunitarios, curanderos, chamanes o piezas fundamentales en el comercio con el mundo.
De hecho, el jefe del Congreso General de los Kuna es un albino, que además inspira el respeto por su trabajo a favor de la preservación de la cultura y las tradiciones autóctonas. Evidentemente, el albinismo entre los Kuna puede ser tomado como una bendición.
Sin embargo, algunos antropólogos afirman que la situación no era tan parecida hace un siglo, cuando algunos padres incluso llegaron a matar a un bebé albino recién nacido en una forma de discriminación, aunque los casos serían aislados. También, en la actualidad, el mito de los poderes especiales de los albinos parece decaer con la llegada de costumbres ajenas a la comunidad, provenientes de los crecientes lazos con la cultura occidentalizada. Fuente: (RT).-
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