Internacionales Primera reunión

El diálogo de paz en Venezuela comenzó con un mensaje de Papa

Francisco les pidió a los venezolanos que tengan "coraje" y reiteró que por el diálogo se puede descubrir "la base común y compartida que conduzca a superar el momento actual de conflicto y polarización.
"Un encuentro necesario por la paz, gracias al trabajo de Unasur , el Vaticano y la voluntad de los sectores políticos." Las palabras de Nicolás Maduro dieron arranque anoche al diálogo entre gobierno y oposición en el Palacio de Miraflores.

Un "diálogo para la paz" que comenzó con sorpresa: la carta del papa Francisco, leída por el nuncio apostólico Aldo Giordano, en la que invocó el "camino largo y difícil, que requiere paciencia y valentía, pero el único que puede conducir a la justicia y a la paz".

"Les invito pues a que no se detengan en la coyuntura de lo conflictivo sino que se abran unos a otros para ser y hacerse auténticos constructores de paz. En el centro de cada diálogo sincero está ante todo el reconocimiento y el respeto por el otro", dijo en su carta el Papa, que destacó que en el camino de la paz está "el heroísmo del perdón".

Francisco les pidió a los venezolanos que tengan "coraje" y reiteró que por el diálogo se puede descubrir "la base común y compartida que conduzca a superar el momento actual de conflicto y polarización que hiere tan profundamente a Venezuela para encontrar formas de colaboración en el respeto y el reconocimiento de las diferencias".

Giordano también transmitió unas palabras de Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, en las que se disculpó por no estar presente ayer. "Debo confesar que mi corazón está con ustedes", destacó.

"Diálogo o abismo, no hay otro camino", escribió el gobernador Henri Falcón en su Twitter minutos antes de ingresar en el Salón Ayacucho, que anoche albergó el encuentro histórico . Un mensaje a los sectores que tienen reparos en ambos lados, que no vieron con buenos ojos el llamado a abrir conversaciones.

Falcón formaba parte de la delegación opositora, comandada por Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), y por Henrique Capriles, gobernador de Miranda y uno de los principales referentes. Junto a ellos, varios dirigentes nacionales de las mayores fuerzas de la coalición.

Todos ellos se vieron obligados a escuchar la apología de la figura de Hugo Chávez con la que Maduro aprovechó para aplaudir su revolución, algo habitual en sus constantes apariciones televisivas.

Tras el discurso de Maduro, tomó la palabra Aveledo. "¿Por qué la expectativa ante este encuentro? El diálogo debe ser algo cotidiano en una democracia. El que este encuentro haya generado tanta expectativa es un síntoma preocupante. Algo anda mal. De todos nosotros depende que la expectativa se convierta en esperanza", dijo el primer orador de la MUD, que insistió en que la de ayer no fuera más que el primero de una serie de encuentros.

"La violencia debe erradicarse de la vida venezolana", sentenció.

Más allá de la polémica y de las escenificaciones que el oficialismo ejecuta de vez en cuando, por primera vez en toda una década representantes de los dos países que conviven en el mismo territorio se enfrentaron en una especie de debate público.

Algo tan común como el respeto, la transparencia (transmisión en cadena nacional de radio y televisión), la igualdad de condiciones y la participación de "terceros de buena fe o testigos", inexistentes en Venezuela durante la última década, fueron las condiciones previas exigidas por los dirigentes de la MUD y aceptadas por Maduro gracias al ejercicio diplomático de los cancilleres de Unasur.

Los más optimistas esperaban algún gesto previo de buena voluntad del gobierno, como la liberación del comisario Iván Simonovis, el preso político más antiguo del país (casi 10 años). Se quedaron con las ganas.

Pero pese a la polémica desatada en el seno de la oposición, entre los abiertos al diálogo y los que reniegan de él, la MUD mantenía la guardia alta: "No hemos renunciado a nada", había dicho Aveledo, poco antes de partir a la reunión.

Los encuentros previos sirvieron para poner sobre la mesa temas clave, como la renovación de los poderes del Estado, todos en manos del chavismo desde hace una década. La oposición también lleva en su agenda anotado en rojo el desarme de los grupos paramilitares del oficialismo, con verificación internacional incluida, y la conformación de una comisión de la verdad que investigue las muertes y los abusos durante la crisis política y social que obligó al gobierno a sentarse como un igual frente a sus enemigos.

Como terceros de buena fe o testigos, comparecieron anoche el nuncio y los cancilleres María Ángela Holguín (Colombia), Ricardo Patiño (Ecuador) y Luiz Alberto Figueiredo (Brasil). "El Vaticano y nosotros seremos sólo testigos. A lo mejor nos solicitarán la intervención para destrabar algún tema en cualquier momento", adelantó Patiño. (La nación)
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