
Según el Padre Bonín, "como católicos, nuestra fe se basa en la sagrada escritura y en la creencia en Dios. Sin embargo, también reconocemos la existencia de una fuerza oscura, a la que llamamos demonios, que son ángeles caídos y que intentan apartarnos de Dios". El sacerdote destacó que el demonio busca influir en nuestras vidas de diversas formas, y señaló que esto es especialmente perceptible en los barrios, donde muchas personas manifiestan preocupación por situaciones extrañas en sus hogares.

