Como es sabido, se trata de una especie protegida, y su caza está absolutamente prohibida. De ahí la intervención policial y judicial.
El cuero corresponde a una hembra adulta de aproximadamente 4 a 5 años, según la apreciación del veterinario Christian Ramírez, y extendido sus dimensiones son de 2,16 por 1,53 metros.
Los colmillos superiores son de aproximadamente 3 centímetros y los inferiores ligeramente menores.
La donación fue efectivizada por funcionarios policiales de la Comisaría I de Islas en la persona del sargento primero Manuel Moresco, en cuya jurisdicción tuvo lugar la caza.
Inmediatamente desde el museo se realizaron las acciones tendientes a garantizar la mejor preservación de los restos, haciéndose cargo del tratamiento del cuero, Diego Cejas, que tiene experiencia en la materia y gentilmente se prestó para esta labor.
En las próximas semanas, se establecerá la forma de exposición para que pueda ser visitado.