1.Cuando camino un poco más de lo normal, me doy cuenta como se abre el mundo y los pensamientos con patear un poco (y no vale andar
con el celu todo el tiempo, o sea sí vale, hacé lo que te haga feliz ahre, pero hay mucho pasando allá afuera que entretiene y te abre la mente
aunque parezca muy cursi)
2. No es mi actividad favorita y la procrastino bastante pero después me doy cuenta lo mucho que conecto con mi propio cuerpo y mi mente
cuando solamente estiro. Posta que me he dado cuenta que a veces lo evito porque me da ansiedad ese mini rato de puro cuerpo y blanco
en la mente. Desde que descubrí el por qué de mi dificultad, aún más intento hacerlo.
3. Ya saben de mi fanatismo y necesidad por entrenar. Más allá de, si querés, la mejora “física”; para mí la magia sucede cuando llego a
entrenar angustiada y/o enojada y me voy feliz. Así como suena, sin exagerar. No sé como funciona, hay alguna explicación química y la
serotonina y qué se yo; yo solo sé que funciona.
4. La única actividad que hace que de repente no exista nada más que lo que pasa adentro de las cuatro líneas exteriores de cal. (Es cal? No
creo, quedaba bien). El fútbol. El mejor exponente en relación salud-diversión.
5. Alguna colación durante el día pues llegar con hambre al almuerzo o cena es mi pasión para pegármela en la pera pero aprendí que se disfruta mucho más y es mejor para el cuerpito tener algo en el estómago. Nuestro cuerpo es uno y nos acompaña toda la vida, cuidémoslo
