Pero allí no quedó el tema, ya que cada vez más identificada con el club Millonario, sumó un fuerte apoyo a Demichelis, rubricado con un detalle estético a tono con los colores. Una foto de las dos manos entrelazadas, apretadas como para darse fuerzas mutuamente, y las uñas de la modelo pintadas de rojo y blanco, los colores del club. Bien visible sobre todo en su dedo índice, donde dibuja claramente una banda roja. Una manera de apuntalar el trabajo de su marido en este presente del club, que lo encuentra como cómodo líder del torneo local pero en una situación de riesgo respecto a su futuro en la Copa Libertadores. Pero la ahora llamada Primera dama de River, no solo tiene tiempo para el club, donde también acompaña a su hijo mayor, Bastian, que juega en las divisiones inferiores. Días atrás, conmovió a sus millones de seguidores al compartir un paseo por la plaza Arenales en Devoto, el barrio de la Ciudad de Buenos Aires que la vio nacer y donde transcurrió su infancia.
“La felicidad que me da volver a caminar por la plaza de mi barrio”, comenzó detallando para luego rememorar: “Acá aprendí a andar en bici, moría por la calesita de don Tito, las hamacas y miles de recuerdos tomando mate con mis compañeros de secundaria”, y justo de esa última etapa de la vida adolescente también tendría un instante para rememorar. “¡Cuantas veces visité la biblioteca de Devoto resumiendo libros!”, explicó, para luego explicar a los centennials que “no había Google en ese entonces”.
Sobre la recorrida por el barrio, también expresó: “Me encontré con un montón de vecinos y conocidos que hacía años no veía. Los que conocen la Plaza Arenales o ‘Plaza de Devoto’ sabrán muy bien cuál es la más bella de todas”. (Teleshow)