Espectáculos En las redes sociales

Thelma Fardin compartió fotos y fragmentos íntimos de su biografía

En medio de la promoción, Thelma Fardin compartió un significativo fragmento del segundo capítulo de su primer libro "El arte de no callar" y lo acompañó de unas sensuales imágenes, donde se muestra de "entrecasa".
Diez años tardó en poder expresar su verdad, pero finalmente el año pasado, y acompañada del colectivo Actrices Argentinas, Thelma Fardin (26) se animó a alzar su voz y denunciar penalmente a Juan Darthés por violación. La actriz no se conformó con ello y contó los detalles de su historia en El arte de no callar, el libro autobiográfico que presentó en mayo en la Feria del Libro.
Con su testimonio, muchísimas mujeres se animaran a dar el mismo paso y contar que también habían sido víctimas de abuso. Y eso fue fundamental para que la joven, en tan sólo unos meses, pudiera relatar cómo hizo para superar esa dura etapa en su libro.
Agradecida por el apoyo de sus seguidoras, que la bancaron desde el primer momento, Thelma utilizó las redes sociales para compartir algunos fragmentos de su relato, con el agregado de que acompañó la publicación con una serie de fotos sensuales en la que se puede ver a la actriz recostada en la cama boca abajo, en ropa interior y luciendo una botas texanas muy llamativas.
"Siempre escribí, siempre soñé con mis libros, pero nunca me imaginé que el primero lo escribiría en 3 meses, acompañada por un amigo tan hermoso y a los 26 recién cumplidos", expresó la actriz, orgullosa de su logro.
Además, compartió un extenso texto que corresponde al segundo capítulo de su libro: "Me gusta el frío, pero no estoy segura si es por el hecho de haber nacido en el sur. Aprendí a esquiar a los 3, pero a andar en bicicleta, recién a los 10. Recuerdo la sensación de deslizarme con las tablas de esquí por la ladera del Cerro Catedral en pleno invierno. Recuerdo la sensación de no tener miedo a nada. Una de las últimas veces que esquié (por esquivar a una persona) perdí el control en la maniobra evasiva al punto de no poder volver a dominar los esquíes. Intentaba hacer cuña, doblar, inclinarme y cambiar el ángulo de las tablas para ejercer una mayor fricción, lo que sea; no había caso", publicó Clarín.
Dando muestras de una escritura bastante descriptiva, Fardin continuó con su relato: "Todo pasó en pocos segundos pero recuerdo perfectamente que a pesar de mis esfuerzos no lograba frenar. En ese momento entendí que si no me tiraba, la montaña y la fuerza de gravedad me iban a tirar a mí; algo que, por experiencia, entendía perfectamente que podía llegar a ser mucho peor. En un acto decisivo tan veloz como efímero, me entregué al fracaso, a la caída. Solté los bastones y me tiré de manera voluntaria para desacelerar la bajada empinada y frenética".
"Una pensaría que por elegir la caída puede aminorar el golpe pero no siempre resulta. Di vueltas en el aire con los esquíes puestos ya que en ningún momento se salieron (sí, todavía no me explico cómo no me rompí una pierna) hasta que finalmente el mundo dejó de girar de una sacudida brusca y seca que me dejó desorientada. Primera y única vez que me bajaron en patrulla. Esa sensación quedó grabada en mi cuerpo. Todavía hoy, cuando estoy frente a una situación en la que tengo que tomar una decisión difícil, mi cuerpo recuerda ese instante, ese milisegundo en el que decido lanzarme al vacío y frenar por mi propio peso", concluyó.
El comentario no será publicado ya que no encuadra dentro de las normas de participación de publicación preestablecidas.

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