Espectáculos "Es la genética"

Quería volver a sentirse sexy y lo logró destapándose con todo

"Si bien ya pasó un año y dos meses desde que tuve a Lola, es mi primera producción de fotos sola sin aludir a la maternidad. Es estar volviendo a ser yo misma, sin el rol de mamá en la foto", dijo Adabel Guerrero.
El ferviente deseo de convertirse en madre se le hizo realidad a Adabel Guerrero (40) hace ya un año y dos meses, cuando nació Lola, fruto de su relación con el empresario automotor Martín Lamela (44). A partir de allí, la vida de Adabel se transformó por su simbiosis con la beba.

En los últimos días salió a la luz una producción de fotos donde desplegó toda su sensualidad. "La verdad es que propuse la producción para volver a sentirme sexy otra vez, y lo logré", cuenta al sitio Ciudad.com
-¿Te costó mucho volver a sentirte sexy?
-Sí. Cuando comenté en Instagram que no me sentía sexy embarazada, o después de que nació Lola, me criticaron. Pero la verdad es que no me sentía sexy con 25 kilos de más, no era mi mejor estado. Quizá otra madre sí se sienta sexy en ese estado, pero yo no. Y cuando recién tenés un bebé la libido pasa por otro lado, es dedicarle las 24 horas del día, no dormir, ni siquiera tener tiempo de bañarte. Capaz que una no se lava el pelo por una semana porque no puede dejar al bebé cinco minutos. Si bien ya pasó un año y dos meses desde que tuve a Lola, es mi primera producción de fotos sola sin aludir a la maternidad. Es estar volviendo a ser yo misma, sin el rol de mamá en la foto.

-Más allá de estas fotos, ¿lograste volver a sentirte sexy en tu vida de pareja?
-La verdad es que cuesta. Con la elección de ambos de dormir en colecho no es lo mismo que antes. Con Martín llevamos 11 años juntos y con el tiempo las cosas y prioridades van cambiando. Tuvimos una década para divertirnos y tener intimidad. Hoy la energía pasa por otro lado. Cuando tenemos encuentros amorosos son diferentes, incluso hasta nos resulta divertido encontrarnos en el sillón del comedor cuando Lola se queda dormida. Que no sea en nuestra cama está bueno porque es otra etapa de la vida.
-¿Ya prepararon la habitación de Lola?
-Por ahora Lola duerme con nosotros en la cama. Muchas veces Martín duerme en el sillón del living. Él sufre mucho el calor, nosotras somos mujeres y pongo la estufa para no tener frío, porque la nena se destapa constantemente. Tenemos la cuna funcional, pero como vivimos en un departamento de dos ambientes, todavía no tenemos la habitación para ella. Tengo la camita, pero no está armada.

-¿Hay intensiones de mudarse a un hogar más amplio a la brevedad?
-Estamos con el proyecto, pero por ahora, por motivos que no puedo decir, nos estamos quedando donde estamos. Más adelante nos vamos a mudar.

-Mantener el colecho a más de un año del nacimiento de Lola, ¿genera problemas en la pareja?
-No. De hecho fue Martín el que lo propuso. Antes tenía la cunita pegada a la cama. Los primeros meses ni loca la dejaba en la cama, porque tenía miedo de aplastarla o taparla con las sábanas. En ese momento, la pasaba a nuestra cama para darle la teta y después la dejaba en la cuna. La realidad es que si Lola sigue en la cama es una decisión más de Martín que mía. En parte porque como Lola todavía toma la teta y se despierta todas las noches para usarla como chupete, es más cómodo amamantarla apenas se despierta para seguir durmiendo. Si no, tenemos que levantarnos, agarrarla de la cuna, dormirla, volverla a acostar, etcétera. Tiene que ver con la comodidad de mi parte, también.
-A todo esto, ¿dormís de noche?
-A veces sí, pero por lo general no duermo. Eso también me colapsa la paciencia. Cuando Lola estuvo engripada, lloraba porque los moquitos no la dejaban respirar. Entonces, dormí sentada con ella en brazos durante tres noches, apoyada contra las almohadas y ella con la cabeza en mi hombro. Recién cuando ella ya estaba completamente dormida la podía apoyar en una almohada... hasta que se volvía a despertar por la tos. Fue heavy (pesado). Estoy como con poca energía, poca paciencia, mecha chorta?

-¿Martín tiene asignada alguna tarea diaria con Lola? Bañarla, por ejemplo?
-No, pero es algo que me recomendó mi psicóloga. Me había dicho que le asigne una tarea a Martín para todos los días y todavía no lo llevamos a cabo. Llega tarde y por lo general a él le gusta cocinarnos, porque además es casi lo mismo que come Lola. Entonces, él cocina o lava los platos y yo sigo a cargo de la beba, cosa que me parece que vamos a cambiar. Que la bañe, que le dé de comer él, o algo.

-En las redes sociales te criticaron por un video que posteaste con Lola en la puerta del ascensor de un edificio. ¿Te afectaron los comentarios?
-Me afectó muchísimo. Después de eso no subí más cosas de Lola. Estoy muy enojada. Es un video que compartí porque sé que hay un montón de gente que me sigue por Lola, que quieren ver cómo crece. Estoy tan encima de ella constantemente que hasta por momentos me desborda. Y que arranque una catarata de mensajes diciendo que soy una madre irresponsable porque por un segundo apareció en un video de Lola poniendo las manos en la puerta del ascensor... ¡Cuando yo misma le dije al final que saque las manitos y me la llevé de ahí, me enoja! En mi fastidio, en mi encierro -porque Lola está resfriada hace dos semanas y desde entonces no sacamos la nariz a la calle y el encierro llega un punto en el que hace mal-, de pronto escuchar una sarta de consejos que no pedí, porque no necesito, me tocó en una fibra muy íntima, lo tomé como que dicen que soy una mala madre. Entonces, opté por no subir más nada. Cuando me sienta mejor volveré a subir cosas. Porque encima, lo que me terminó de colapsar la cabeza fue que mi papá me mandó un mensaje diciendo que la gente tenía razón. Fue el colmo, porque la gente no me conoce, pero mi papá sabe lo obsesiva que soy con la nena.
-¿Cómo manejás la alimentación de Lola?
-Es todo un tema, porque se me terminan los menúes. Hay que tener mucha imaginación y paciencia, porque una cosa es lo que una le quiera dar para que esté bien alimentada y otra es coordinar que lo quiera comer. Ahora para que coma hay que darle pedacitos de comida para que ella agarre y se lo lleve a la boca. Para la tarde le hago budines con clara de huevo, avena, banana, y se lo trozo una vez cocido. ¡Pero es todo un tema! Si hay algo de la maternidad que estoy trabajando seriamente en esta etapa es la paciencia. Nunca tuve tanta paciencia con un ser vivo como en este momento con Lola. Es increíble.

-Luchaste mucho por ser madre, ¿tenés ganas de buscarle un hermanito a Lola?
-No. Por ahora no. No me da la psiquis, ja, ja. No estoy psicológicamente preparada para tener otro hijo. Esperaremos a que Lolita crezca, se verá, pero creo que ya estamos al límite. Ya tengo 40 años, pero uno nunca sabe. Por ahora no lo voy a buscar.

-¿Lograste hacerte un tiempo para vos en la semana?
-No. Eso también es un tema a resolver de a poco. No me animo a dejar a Lola con nadie, se la dejo en caso de extrema necesidad solo a Mara, mi cuñada. Ella también tiene sus hijos y sus cosas y no es que me la puede tener siempre. Pasa que Martín trabaja todo el día, no tengo amigas para dejarla? Estoy constantemente con Lola cumpliendo el rol de madre que busqué y quise, pero también me gustaría tener mis momentos. Hasta que se volvió a engripar hace dos semanas había empezado a tener actividades, como videoclips para mi escuela de danzas y subirlo a las redes. Estoy generando mi espacio en radio Pop con Coco Sily. Les copó mi idea de que que vaya los miércoles a hacer una participación de una hora como invitada. En ese tiempo, la chica que me ayuda en casa tiene a Lola en un barcito de la radio. Pero como la beba se enfermó y lloraba si no la tenía en brazos, tuve que cancelar todo, y otra vez al encierro. Eso también me provocó una ira importante. Porque necesito tener mi espacio, pero entiendo que es una etapa que va a pasar y que además elijo yo. No la dejo con nadie porque los primeros años de vida son importantes en la vida del bebé para generar apego. Hay gente que no lo hace y los bebés son felices, pero en mi creencia esto es así y no puedo contra lo que creo que está bien.

-¿Evaluaste la posibilidad de dejarla en una guardería al menos tres horas para tener un rato libre para vos?
-Lo evalué y le pregunté al pediatra, pero me dijo que en lo posible por ahora no? Ja, ja, el pediatra me cagó. Me dijo que espere hasta los espere hasta los dos años que sea más grande, porque si se enferma ahora las secuelas serían más graves que más adelante. Entiendo que hay gente que lo hace por necesidad y está bien, ¿pero la voy a mandar igual a la guardería si el pediatra me recomienda que no? No.

-¿Y dentro de la casa, tenés un corralito para ella?
-No, la tengo a upa o en el carrito. ¡No saben cómo tengo la espalda! Estoy tomando diclofenac como loca. Estoy colapsada, como toda madre. Lola no tiene una abuela que la cuide.

-¿Qué hacés para vos?
-Ahora retomo la facultad de Psicología, voy a rendir libre las materias que tenía cursadas y no regularicé. Estaba en la mitad de la carrera en el Museo Social Argentino. Opté que si me quedo en casa, cuando Lola me lo permita, me voy a poner a repasar los apuntes.

-¿A nivel laboral tenés proyectos?
-Flavio Mendoza me convocó los fines de semana de julio para ser jurado de las selectivas de su escuela de danzas. Vamaos a ir con Lola por todo el país, y va a haber una gran final en Buenos Aires en diciembre. También tengo mi escuela de danzas, pero es casi lo mismo que llevar a Lola a la guardería, porque está lleno de nenas de que tosen cerca de ella y corro el riesgo de que se enferme. Trato de ir cuando no está lleno de alumnos.

-Tenés un lomazo ¿Hacés mucho ejercicio?

-No, la gimnasia que hago es cuidar a Lola, ja, ja. Pero es la genética, los años que hice actividad física. Si bien perdí algo de músculo, están ahí. Dar la teta me adelgazó mucho, volví a mi peso y me faltaría entrenarme para estar más tonificada y fuerte. Me encantaría, en breve me voy a poner a entrenar. Ya pienso en decirle a Martín que vuelva más temprano del trabajo dos veces por semana, o que se fije, así salgo a hacer un poco de ejercicio. Capaz que Lola le de la teta hasta los dos años, después veo cómo me quedan para quizá operármelas.

-¿Cómo está tu relación con Martín? Vos misma contaste que fueron a terapia de pareja...
-La pareja tiene que superar lo que va pasando. Mientras haya ganas de estar juntos? Estamos bien juntos. El enamoramiento se va un poco a los primeros años de la relación, pero el amor persiste.
Fuente: Ciudad.com

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