Paloma vino a Argentina para solicitar ante a la Justicia las pruebas que acrediten su filiación, y que la contemplen como legítima heredera. Esta decisión fue impulsada por una conversación que tuvo con su madre Aschira: "Tiene 92 años, está ciega, casi postrada y ella misma me confesó que soy hija de Carlos Fort y que todos lo saben".
Una de las grandes preguntas tuvo que ver con el momento que Aschira eligió para decir la verdad. Para Paloma, la única motivación de su madre tenía que ver con el dinero: "Aschira no siente nada por mí. Absolutamente nada. Es la frialdad personificada. Hasta medio que se rió cuando me lo dijo".
Un detalle conmovedor de su historia es el papel que jugó Ricardo. El mediático fue el único que se comunicaba con ella, pese a los problemas que podía tener con su familia: "Él me lo dijo por teléfono: 'Yo sé que sos mi hermana, pero no puedo decir nada'".
El siguiente paso en el camino de Paloma es esperar a que la Justicia ordene una prueba de ADN. Si sus supuestos hermanos, Eduardo y Jorge, se niegan a dar una muestra, exhumarán los restos de Ricardo.
