Espectáculos Internado en Mar del Plata

Difícil momento de La Tota Santillán: Internado tras dos días de "desvariar"

Daniel "La Tota" Santillán. Fue internado después de haber desaparecido por unas horas. Según su abogado, dos días antes había comenzado a desvariar. "Hablaba de cosas de hace 20 años atrás", relató el letrado.
Daniel "La Tota" Santillán fue internado de urgencia este jueves por la noche, en Mar del Plata. Así lo confirmó el abogado del conductor tropical Roberto Casorla Yalet.
"Tenía reacciones anormales y decidimos hablar con la obra social. Un médico lo atendió y nos aconsejó que esté custodiado por profesionales. A las 21.15, una ambulancia lo pasó a buscar y lo llevaron a la clínica Colón de Mar del Plata", dijo Casorla, según publicó el portal de Radio Mitre.

Previo a ingresar a la Clínica Colón de "La Feliz", Santillán había desparecido de Miramar y su familia le pidió a la Policía que lo buscara. Sorpresivamente, horas después apareció en Mar del Plata.
"Hace dos días venía desvariando. Se fue de Mar del Plata a Miramar sin avisarle a nadie y tenía desconectado el teléfono", agregó el letrado. Y continuó: "Hablé con él y decía cosas incoherentes. Al mediodía habló con los hijos y ellos compartieron la misma opinión mía; que estaba como anclado y hablaba de cosas de hace 20 años atrás".

"La Tota" se encuentra acompañado por su hijo más grande, Coco, quien viajó el miércoles a la ciudad balnearia donde Santillán estaba desde la semana pasada trabajando en un espectáculo teatral y que culminó el pasado domingo. "Se encuentra bien, estable, no se preocupen", afirmó esta mañana a Clarín.

Cabe recordar que en julio pasado, el animador fue detenido por la policía luego de ser acusado por el dueño del bazar Gamma, ubicado en Avenida Maipú 78 (Vicente López), por intento de robo. En las imágenes emitidas por el programa Intrusos (América TV) se observa a Santillán, casi sin reacción, increpado por un joven que lo acusa de haberle robado un gorro.
"Muchas gracias, Loco", apenas es lo que pudo decir instantes después de devolverle al pasajero el gorro de lana que aún mantenía en la mano. Sin embargo, los gestos de La Tota parecían indicar que no era consciente de lo que estaba sucediendo.
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