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El Pepo: "No soy un ejemplo, ejemplo son los maestros rurales"

El cantante de cumbia villera habla de su pasado en la cárcel y de su infierno con el paco. "Hay que aprender a divertirse sin sustancias. Tanto en mis shows como en la vida sólo tomo mate y agua mineral", afirma.
Risueño y desfachatado, El Pepo es amado por su carisma que tiñe su pasado de delincuencia y adicción al paco en un presente luminoso de música y familia. Rubén Castiñeiras no conoce límites: el cantante de cumbia villera llenó estadios con más de 25 mil personas en su etapa con su banda Los Gedes.
Sin embargo, las drogas lo llevaron a una etapa oscura en su vida, delinquió y estuvo seis años preso. Hoy, recuperado de su adicción a la pasta base, El Pepo se convirtió en un ícono para aquellos que quieren salir del infierno de las drogas y pensar que otra realidad es posible.

"Hay que aprender a divertirse sin sustancias. Ahora tomo sólo mate y agua mineral. Lo que pasa es que no todos tienen la oportunidad que tuve yo, no todos son Pepo", aseguró el cantante en una entrevista exclusiva con La Capital en la que habla sobre la droga, la responsabilidad del gobierno y el infierno de la cárcel.


Lo cierto es que cuando Pablo Lescano, el cantante de Damas Gratis, lo "descubrió" en 2002, no le importó que El Pepo no sepa cantar, sino que valoró su impronta única, con su voz rasposa y su carisma inagotable. Y así comenzó su carrera que lo llevó a tocar en el Luna Park, a estar en el living de Susana Giménez, en la mesa de Mirtha Legrand, en la apertura de "Showmatch" cantando el tango "El sueño del pibe" y a formar parte del programa "Polémica en el bar".

-¿Cómo va a ser tu show?
-Tuvimos que sacarle el polvo a los temas y empezar a ensayarlos de nuevo. Vamos a tocar muchos temas que no podemos tocar en los boliches por cuestión de tiempo. En el boliche si tocás un tema más lento se te quedan mirando como "Qué estás tocando Pepo?". Así que en el teatro tenés la oportunidad de transmitir otras cosas al público. Estamos preparándonos con mucho entusiasmo para tocar en un teatro tan importante, es un placer para nosotros. En el repertorio va a haber temas de Los Gedes, de los dos primeros discos del Pepo y temas que aún no salieron como uno que hicimos con El Tirri. Y quizás tengamos la presencia de un invitado rosarino, la única pista que voy a dar es que toca el acordeón...

-Tu voz tiene un carisma especial, ¿qué generás en el público?
-Me hago gárgaras de tachuela para que me quede tan bien mi voz (risas). Nunca me pasó de ir a otros grupos y que la gente cante gritando como pasa en mis shows. Por ahí le gritan a un cantante que tiene facha, no es mi caso claramente (risas). Nosotros hacemos un estilo de música con el que la gente se libera totalmente de toda vergüenza y canta y grita. Lo hacen de una manera muy eufórica, es música para que divierta. Se sienten en la cancha. Los dejo bien calmados, y cada vez que me voy de los barrios me dicen "Pepo nos dejaste hecho pelota".

-Por las letras de tus canciones como "Culo pa' 2 tangas" o "Empanada con flecos" muchas podrían decir que cosificás a la mujer...
-No, no, no. Las mujeres cuando cantan nos tratan a los hombres de infelices, son canciones. Siempre me pongo a pensar qué le dirían a Olmedo si estuviese vivo haciendo televisión. Fue el cómico número uno de la Argentina y con las mujeres siempre fue zarpado. Es humor, hay que aprender a diferenciar. Yo no voy a cantar una canción que diga "agarrala a los palazos a esta turra que te metió lo cuernos" pero sí voy a cantar "andá a depilarte la empanada". Es para divertirse.
-O sea que lo hacés con humor...
-Estoy muy identificado con la lucha de las mujeres porque soy un hombre que lucha por los derechos de las personas. Así que no puedo estar diciendo una cosa y haciendo otra. Lo que hago es con humor y sin ánimos de ofender a ninguna mujer. Son historias del barrio.

-¿Qué sentís cuando muchos jóvenes te dicen que te ven como ejemplo por tu historia de vida, por tu estadía en la cárcel y por dar un mensaje de que se puede salir del infierno de la droga?
-Estuve en la cárcel seis años y dos meses. Es una responsabilidad que la gente te ponga como ejemplo. Yo no me pongo como un ejemplo, sólo cuento mi experiencia de vida y si si sirve, joya. Yo no soy ejemplo, ejemplo son los maestros rurales o los médicos que van al medio de la selva a atender a los chicos. A cada lugar que vamos, tratamos de pregonar que la vida no pasa por las sustancias ni el delito. Hay que aprender a divertirse sin sustancias.

-La gente está muy contaminada...
-Los pibes están enfermos, muchos no tienen conciencia de que padecen una enfermedad por fumar pasta base. Nadie los ayuda verdaderamente y no con una manta o un plato de comida, sino con tratamiento. Que les inculquen que tienen que estudiar y trabajar, para eso votamos a los políticos que bastante lejos de hacer algo por los chicos están...

-¿Tenés amigos del mundo del rock?
-Tengo un montón, el otro día en los premios Gardel me saludó Abel Pintos, el Mono de Kapanga, Dante Spinetta, Celeste Carballo y la gente de la cumbia, como El Polaco o Los Palmeras. Me da gusto que terribles artistas se tomen el tiempo de venir a darme un abrazo. No me siento menos, pero los veo mucho más artistas que yo. Además escucho rock nacional y bandas de afuera como NTVG o Cuarteto de Nos.

-Después de seis años privado de la libertad, ¿pensás que la cárcel ayuda a rehabilitar o potencia la drogadicción y la delincuencia?
-Están las dos partes: el que se quiere rescatar y el que quiere seguir en la misma. Para los que se quieren rescatar no le dan la oportunidad que yo tuve porque no todos son Pepo. A mi me dieron una mano para volver a la movida tropical. Los pibes que salen con la intención de salir adelante afuera se encuentran con un mundo que no les da trabajo, que les cierra las puertas, que los trata como delincuentes para toda la vida cuando ellos ya pagaron su deuda con la Justicia. No todos tienen la oportunidad de ser El Pepo e de ir a hablar de esto a la televisión. Si fuéramos muchos más te juro que muchos chicos más se rescatarían.

-¿Seguís tomando alcohol?
-Tanto en mis shows como en la vida privada, sólo tomo mate y agua mineral.

-¿Qué te salvó de la adicción a la pasta base?
-Muchas cosas: la música, el Gauchito Gil, mi familia. Soy católico y promesero del Gauchito. En mi casa tengo gauchos por todos lados. Soy muy creyente. La fe mueve montañas.
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