Rancagua, a 87 kilómetros de Santiago, fue el trampolín de Sampaoli que lo acercó a la gloria, a los grandes contratos, al amor. Sobre el Kilómetro 4 de una carretera llamada El Cobre, donde se observan picos nevados a cada wing. Ahí estaba el gimnasio. Y también la mujer que lo acompañaría en los siguientes diez años. Dicen que Jorge comenzó yendo a entrenar un par de veces por semana. Al principio se lo veía con su novia peruana, pero al poco tiempo empezó a ir solo. Y la rutina se volvió diaria. Mientras su equipo, O´Higgins escalaba en la tabla (ese año el club rancagüino quedó tercero en el campeonato), al DT se lo veía cada vez más flaco y marcado. Es que, en medio de su rutina de pesas y abdominales, Jorge Sampaoli (hoy 57 años) había conseguido el teléfono de la recepcionista del lugar. Paula Valenzuela (35), veintidós años menor, morocha, con un hijo de una relación anterior. ¿Cuánto tardó en filtrarse el amor? "Era un secreto a voces, pero lo cierto es que no nos dimos cuenta. La gente hablaba, pero eran puros cahuines (chismes). Jorge jamás bajó su nivel ni se desconcentró. Y la Paula era súper guapa, una morenaza", le contó el gerente del gym, Osvaldo Morales, al diario La Cuarta cuando el romance comenzó a sonar fuerte.
Desde que se conocieron, la chilena se convirtió en la sombra de Sampa. Lo acompaña a todos lados y, cuando el trabajo lo requiere, "le da la libertad necesaria antes de los partidos", contaban los medios trasandinos. Anote este dato: la polola de Sampaoli es una mujer de armas tomar y la máxima defensora y seguidora del DT. ¿Qué tanto? En el partido de la Copa América de Chile, criticó el juego brusco de los uruguayos: "Son unos maricas". Sin eufemismos. ¿Qué dice del argentino? "Cuando Jorge se propone algo lo logra y siempre quiere más", le dijo al sitio Emol. Y parece ser verdad. Hace un tiempo que Sampaoli declaró su sueño de dirigir la Selección argentina. Y parece que ya lo logró.