Espectáculos Una vida intensa

Luisana Lopilato: "Ser mamá encendió mi pasión"

La actriz argentina realizó una producción fotográfica en la que mostró su pancita. Además, se refirió a cómo administra las tres casas que comparte con el cantante y su vida junto al músico y a su primogénito.
Luisana Lopilato (28) está embarazada de seis meses y decidió viajar para transitar el último trimestre antes de dar a luz a Canadá para que su segundo hijo, fruto de su relación con Michael Bublé (40), nazca en Vancouver.

La actriz argentina realizó una producción fotográfica en la que, además, habla de cómo administra las tres casas que comparte con el cantante (en Tigre, Vancouver y Los Angeles) y su vida junto al músico y Noah (2), su primogénito.

"Ser mamá encendió mi pasión", confiesa Luisana en una entrevista íntima en revista Gente, para la cual realizó una producción fotográfica en la que muestra su panza de seis meses. "Mike y yo sabemos cómo sorprendernos todos los días", agrega sobre los tips para mantener el fuego y la pasión en la relación.

"¿Noah ya comió? ¿Qué? ¿Cuánto? ¿Tiene el pijama puesto? ¡No olvides que hoy mi familia cena en casa! Bye honey", dice uno de los mensajes que la actriz intercambia con su marido, que quedó al cuidado de su hijo. "Nos complementamos muy bien", explica sobre su pareja.
"Mi vida siempre fue intensa, desde muy chica enfrenté una carrera exigente y después, mudanzas y desarraigos, pero siento que me convertí en una mujer madura recién con la llegada de Noah. No cualquiera está apto para ser padre, debe tenerse la cabeza muy preparada. La responsabilidad de una vida a cargo redimensiona muchos otros aspectos de la vida... Bueno, y te desestabiliza algunos otros", explica sobre cómo maneja si vida en función a las tres casas que comparte con Bublé en Argentina (en un barrio privado de El Tigre), Canadá (Vancouver) y Los Angeles (Estados Unidos).

"Soy una mamá demasiado arriba, incapaz de salir de casa sin saber qué será de la vida de mi hijo mientras esté afuera: le organizo actividades, chequeo su menú y llamo a cada hora para preguntar hasta si fue al baño. Y todavía no sé qué es dormir una noche entera: me sobresalto en mitad de la madrugada para espiarlo por la camarita. Pero lo que más me cuesta es poner límites. Mike me llama "pudding on hands" (budín en las manos), porque me derrito fácil: no puedo retar ni prohibir", finaliza.

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