Era chofer en un transporte de Gualeguaychú, recorriendo el antiguo camino de Campichuelo a Brazo Largo. Transportaba áridos para el mantenimiento del camino de ripio que unía Entre Ríos con Buenos Aires.
En 1973 Don Alejandro emprendió un taller de reparaciones y cambios de elásticos, siempre con la ayuda de su compañera, Doña Laura. El nuevo emprendimiento fue avanzando y los hijos comenzaron a formar parte de este camino. Con el correr de los años, el taller tuvo que alejarse de la zona urbana de Gualeguaychú. Para poder hacerlo, Don Alejandro vendió su casa e invirtió el dinero en la compra del nuevo galpón, donde se fabricó el primer acoplado Hermann.
Pasaron los años y el espacio físico comenzó a ser insuficiente, lo que impulsó el cambio a su actual ubicación en el Parque Industrial Gualeguaychú en 1999.
Aquella mirada provocó que hoy la empresa Hermann cuente con una planta en constante expansión y apostando siempre al crecimiento y las nuevas tecnologías para incrementar la calidad, precisión y terminación de los productos, logrando ser líderes en ventas desde el año 2006.
