Sin embargo, para el sector, representa un escenario mucho mejor al previsto a inicios de año, cuando se esperaba un volumen cercano a las 300.000 unidades. El pronóstico, incluso, fue mucho más negro en el inicio de la pandemia: después del freno de abril y mayo, se auguraron no mucho más de 250.000 ventas al público. El combustible principal de esa inesperada recuperación fue la brecha cambiaria, ya que los autos cotizan a dólar oficial. Eso potenció otros factores, como el cepo, y la necesidad de generar y sostener ventas, lo que mantuvo bonificaciones y descuentos que ofrecieron las marcas sobre determinados modelos. Todo, en un contexto de oferta acotada, por las restricciones que hubo a la importación (más de la mitad de los autos que se venden en el país son importados). "Si hubiésemos tenido más unidades, las vendíamos", es el comentario común oído en las automotrices.
De hecho, en diciembre, un mes estacionalmente bajo para el mercado, los patentamientos, 20.580 unidades, terminaron siendo sólo 3,6% inferiores a los de igual mes de 2019.
Los concesionarios pronostican que la recuperación del mercado automotor seguirá en 2021. "Si tenemos algún estímulo, podremos crecer y alcanzar un nivel de actividad pre-pandemia, cercano a las 450.000 unidades", vaticinó Ricardo Salomé, presidente de Acara, sobre 2021. De esta forma, el empresario recordó un reclamo que hizo en repetidas veces de este año la cadena de valor: la necesidad de un programa oficial de incentivo a la compra de autos nuevos, como el que hubo en 2019.
En forma más cautelosa, según el relevamiento de expectativas de la entidad, los principales actores del sector esperan un año de entre 400.000 y 410.000 ventas.