La entidad advirtió que esos ajustes no dan cuenta de los profundos desfasajes que sufre el sector.
"Lo autorizado por el Gobierno nacional no alcanza para solucionar la compleja problemática de nuestra industria, este aumento no alcanza en absoluto para cubrir los costos operativos", dijo Pedro Cascales, director de CEGLA. El nuevo precio máximo de referencia para el fraccionador, definido por la Autoridad de Aplicación, quedó establecido en $ 203,55.
"Es un incremento absolutamente mínimo que, no solo no permite recuperación de rentabilidad, sino que ni siquiera consigue cubrir los costos del sector", alertó.
Respecto del anterior valor, el aumento directo otorgado para el sector fraccionador es de alrededor de $12.
Ese monto representa menos de un 8% del desfasaje que tenía para las plantas de fraccionamiento ubicadas en zona central, y del 6% para las ubicadas en el norte del país y la Patagonia.
"El atraso es tan grave que los precios actuales no alcanzan al 50% necesario para operar con normalidad", señaló la entidad.