Economía Las "marcas menos conocidas"

El Ventilador: economías regionales, ¿consumimos lo que producimos?

Economía regional, incentivos de Pymes, producción local... son conceptos que se plantean cada vez más como necesarios para la economía del país. Ahora bien... ¿consumimos realmente lo que se produce en cada región?
El medioambiente es un factor fundamental para la variedad y, en este sentido, Entre Ríos es una de las provincias con más condiciones a favor para producir diversos alimentos.

Pero... ¿se explotan todas esas características a lo largo y ancho de la provincia? ¿Cuáles son las trabas con las que se encuentran hoy los pequeños y medianos empresarios?

Para muchos analistas, los tiempos de crisis y recesión como la actual suelen favorecer a los pequeños productores. ¿La razón? El consumidor se vuelca a marcas menos conocidas buscando precio y eso eleva sus ventas. Sin embargo, desde diversos sectores de Pymes reclaman que muchas veces el circuito que tienen para ofrecer sus productos es informal, debido al sistema impositivo y burocrático que no los diferencia de grandes productores.

Más allá de materias primas como carnes, lácteos o semillas, que históricamente tuvieron a Entre Ríos como una provincia con altos índices de producción, hoy la elaboración de productos se impone cada vez más.

A los conocidos quesos o fiambres, hoy se suman yogures, barras de cereales, bebidas alcohólicas, aderezos, conservas...

Y más aún: artículos de limpieza, de higiene personal y hasta cosmética.

Pero... ¿cómo acceder a esos productos? ¿Qué canales de difusión y comercialización encuentran sus productores?

¿Será el camino para la competencia justa que frene el abuso en los precios?


Desde hace años, los pequeños y medianos productores reclaman por las trabas que tienen para entrar a las grandes cadenas de supermercados. Y no sólo eso. Si logran ingresar, afirman que la desigualdad en las condiciones los relega y complica la venta de sus productos.

Allí es donde la Ley de Góndolas parece imponerse como una posible solución.

El proyecto obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y busca regular la porción y ubicación que ocupan las distintas marcas en los exhibidores de las grandes cadenas comerciales.

Ahora bien... ¿qué beneficio real puede traer al bolsillo de los argentinos la sanción y aplicación de la Ley de Góndolas?
Los defensores del proyecto aseguran que la iniciativa busca fomentar la competencia y, por lo tanto, una mayor variedad de precios y ofertas.
¿Las razones?
Más del 90% de la industria alimenticia en Argentina está lideraba por sólo 7 grupos empresarios.

Pero hoy, muchas Pymes producen para esos grupos empresarios. Y aquí se abre un nuevo interrogante en relación a la aplicación de la Ley: ¿quedan expuestas estas pequeñas empresas a presiones de los grandes grupos?

Más allá de los posibles beneficios de la Ley, la distribución y logística es otro de los puntos críticos por los que reclaman los pequeños y medianos productores.


Pese a que se disponga de ese espacio en góndolas, aseguran que el desafío es que se pueda apuntalar a las pymes y a las economías regionales para poder transportar sus productos, a costos que estén en relación a la capacidad productiva de cada uno.


Estos y más interrogantes, cómo los mecanismos de control para su aplicación, se abren en relación a la tan nombrada Ley de Góndolas.
Y por su parte, desde las cadenas de supermercados alertan sobre problemas contractuales con sus principales proveedores. Aseguran que si la Ley finalmente se sanciona, diferentes compromisos que tienen actualmente con sus principales clientes podrían llevarlos a la Justicia.

Entre idas y vueltas, la Ley está a un paso de su promulgación. La expectativa de las Pymes es mucha al igual que la esperanza de los consumidores.
"Los que hacemos el producto alimenticio, es mucho más exhaustivo el control"
Mónica Alonso, de Miel Avícola, aseveró que es producto de miel en la provincia "desde hace 25 años y hace seis o siete años que saqué mi marca propia para darle valor agregado a terrible sacrificio que es trabajar en el campo, dependiendo el 90 % del clima, el 10 % es cuidar las abejitas, si necesitan un antibiótico, alimento en la época de invierno".

"Me parecía injusto llenar los tambores de 300 kilos de miel y que vengan los acopiadores, te los carguen y paguen lo que ellos quieren. Son cinco o seis a nivel país. Es mucho lo que hay que andar en el campo, el costo que hay. Todo lo de la miel está en precio dólar", aportó.

Resaltó que a la apicultura "si bien la hice como medio para poder vivir, también lo hice por mucha pasión, y está bueno poder trabajar de lo que a uno le gusta. Desde hace siete años a ahora, está la satisfacción de decir 'yo vendo el producto directamente al consumidor y corto esa cadena que tiene mucho más agregado en el precio'".
La miel, destacó, "no es un producto de primera necesidad, vas a cualquier supermercado y no ves miel pura, porque la miel pura tiene su costo, y nunca te pagan lo que vale. Acorde a lo que el consumidor puede pagar, ahí se le puede hacer un poquito más de precio".

"Tenemos muchísima competencia en la calle, por el precio y la calidad de la miel", indicó.

La miel 100 % pura, "tarde o temprano, se empieza a azucarar y queda cristalizada. Cuando no es pura, puede cristalizarse la mitad, y el resto quedar líquida. Y el sabor también es totalmente diferente".

El llegar directamente al consumidor, "lo hemos logrado con estos tres años de la feria El Mercado en tu Barrio. Para muchos, es el ingreso principal que tenemos en nuestras casas. Esperemos que con esta próxima gestión, podamos seguir trabajando de la misma manera. Es un programa nacional, pero que depende ahora de la municipalidad, para control, o nos dirija, nos dé habilitaciones".

Lo integran al programa, "entre 17 y 19 productores".

"Los lunes estamos en Plaza 1º de Mayo, los miércoles en Peatonal, entre La Paz y Colón, los viernes, atrás de Casa de Gobierno, y los sábados, en Plaza Sáenz Peña", mencionó Alonso.

Destacó que logró "con ese programa de acceso al consumo para todos y seguimiento de precios, que mi producto se distribuya en gran parte de la provincia y el norte del país. Ellos tienen muy buen precio para el consumo: al comprarme a mí, el producto, yo le doy un precio acorde para que ellos puedan tener buen precio. No es el mismo precio que yo vendo al público".

"Los que hacemos el producto alimenticio, es mucho más exhaustivo el control. Yo tengo que cuidar la sanidad desde el arranque, desde la colmena, tengo que cuidar los productos con que la curo, con qué las alimento, no tiene que haber residuos de alimento en la miel, tengo que seguir la trazabilidad hasta la época de la cosecha. La sala de envase tiene que estar habilitada. Tengo un asesor técnico, tardamos un año y medio en poder registrar el producto. Estoy envasando en una sala habilitada que está en La Picada, no tengo sala propia", enumeró.

Al mismo tiempo, apuntó que "no sueña" con exportar. "Y si lo logro, quiero que sea envasado, es mi producto, lo que hago en el campo, quiero crecer en el consumo interno", agregó.

"No consumimos por argentino, 250 gramos de miel, por año", aportó. "Este año se exportaron "55.900 toneladas de miel, no e consumieron ni el 5 %. Donde hay que crecer es en el mercado interno y es ahí donde necesitamos el apoyo del Estado", manifestó.

En Santiago del Estero, contó "hago miel agroecológica, que tampoco puedo poner al precio que corresponde". Acá "quedan muy poco lugares, en el norte de la provincia de Entre Ríos se puede hacer".

Esta "es la provincia mundialmente más contaminada con glifosato",
aportó.
"Hay muchas trabas burocráticas para aquel pequeño emprendedor o el que tiene pyme"
Alfredo Caíno, de Apyme, indicó que "estamos constantemente en contacto con los emprendedores. Cuando uno quiere empezar tiene un alto costo para el inicio y es un tema que hay que resolver en alguna oportunidad, hay muchas trabas burocráticas para aquel pequeño emprendedor o el que tiene pyme".

"Falta asesoramiento técnico. El INTI podría participar pero es problemático llegar a resolverlo. Hoy ha habido varios caminos en el gobierno de la provincia y la Secretaría de la Producción que han generado mecanismos. También es un problema la distribución, el costo financiero y la presión tributaria. La clave para que las pymes hoy tengan un problema que antes no, es la poca capacidad de compra que en general tiene la población", dijo.

Asimismo, manifestó que "debería no haber costo de inicio pero sí que el estado siga la evolución para que en un tiempo determinado uno se incorpore a la estructura impositiva. Hoy eso no existe. Lo mismo ocurre con las relaciones laborales, porque si bajan las ventas la pyme no tiene la capacidad de sostener tantos sueldos. Empieza un conflicto: el trabajador necesita su remuneración, hay que hacer aportes y remuneraciones. Se da una trama y termina la pyme fundida. Esto no es culpa del trabajador".

"No hay una ilegitimidad en la cuestión de la intermediación, porque a veces se la toma como una forma de obtener una rentabilidad. Los productos alimenticios, orgánicos, tienen que tener un canal directo y hay otros que necesitan que se intermedie en otros lugares del país. La intermediación es un servicio. El tema es que los grandes hipermercados tienen tal capacidad de absorción que generan una monopolización en imposición de precios, donde los márgenes son abismales", remarcó.

Además, señaló que "un amigo generó un proyecto de anteojos de madera, tuvo que importar las bisagritas, el resto lo fue armando. Gastó mucho dinero, más de 500 mil pesos, ha vendido muy poco. Meter el producto en el mercado lleva mucho".

"Grandes cadenas podrían tener problemas por la Ley de Góndolas porque hay acuerdos contractuales que establecían darle prioridad a sus productos. Hubo un montón de leyes que fueron apareciendo para que empresas justificaran por qué había aumentos tan grandes de precios. Hay que romper el tránsito de cuál es el mecanismo de comercialización porque se van a adaptar", dijo.

"Generalmente los que tienen capacidad de compra te dicen que te van a comprar el producto, piden precio por cantidad. Cuando les llevás el producto el pago es a 90 días o te van dando cheques. Cuando vas a cobrar ya no vale lo mismo", aseguró.
"Hay una cuestión cultural que hay que cambiar y es cómo consumimos, cómo comemos"
Gervasio Viola, de Cooperativa de Consumo Solidario, aseguró que "trabajamos en la otra punta de la cadena, que son los consumidores. Agrupamos consumidores para ver de qué manera consumimos más barato y de mejor calidad. Comenzamos en 2015 con el primer aviso de crisis y la primera ola de inflación que no paró nunca más. Fuimos directamente del productor al consumidor, acortamos la cadena y damos un producto de mejor calidad a un precio 30% menor".

"Hay una cuestión cultural que hay que cambiar y es cómo consumimos, cómo comemos, cómo nos vestimos, porque hay un problema de fondo que deberíamos abordar. Las ciudades modernas producen alimentos en su periferia, tienen mercados, ferias y la gente se hace el hábito y compra. Acá el estado podría hacerlo", remarcó.

Indicó que "cuando vamos a hablar con un productor para incorporarlo buscamos que el producto se venda a un precio conveniente para el productor pero para el consumidor también. Hay una conciencia de esa cadena. Lo mismo debe hacer el estado, tiene las herramientas para hacerlo. Hay que intervenir para regular".

Sobre la Ley de Góndolas opinó que "es un muy buen paso que trabaja el último eslabón porque le está garantizando al productor un espacio en la góndola. El tema es cómo llega ese productor, con volumen de producción, capacidad financiera y demás".

"De la crisis se sale produciendo más y mejor. Nosotros agrupamos consumidores pero hay un montón de cooperativas que agrupan productores. En la forma de trabajo cooperativo está la clave para empezar a tener volumen, para poder poner un producto en góndola con una buena cadena de distribución que no encarezca demasiado el producto", comentó.

Opinó que "en épocas de crisis todos buscamos precios, empezamos a ir al mercado, a la feria, empezamos a comprar productos de segundas marcas. Cuando la crisis se va volvemos a las primeras marcas porque no hemos logrado cambiar la forma de consumir".

"Hay que ver cómo le llevamos productos de calidad a las clases menos pudientes, a los barrios necesitados porque el déficit alimentario de estas personas es muy grande. Compran caro y de mala calidad", consideró.

Comento que "nuestra canasta tiene pastas, verduras orgánicas, aceite, yerba, azúcar, lentejas, garbanzos y muchos productos más" y señaló que "hubo un aumento en la canasta pero nosotros la seguimos manteniendo a 900 pesos desde hace tres ediciones porque no tenemos la lógica del mercado".
"Los pequeños productores lo sufrimos, nos hemos estancado en el crecimiento"
Gabriel Cabral, de Panificación San Cayetano. Lleva diez años produciendo en Paraná. "Hemos crecido, pero en estos últimos tres o cuatro años, en que la economía está estancada, los pequeños productores lo sufrimos, nos hemos estancado en el crecimiento", confió.

Repercute mucho "el aumento de luz, gas, impuestos. Este año, por ejemplo, pudimos subir los precios una vez al año, y nos hemos cansado de absorber aumento de todo tipo".

Entre un pan lactal de primera marca y el pan lactal que ofrece Panificación San Cayetano, "no hay diferencias, sólo el nombre, la marca y el precio. Es más barato el mío".
"Tenemos una fábrica, después vendemos en los negocios y llegamos al consumidor. Además, tenemos un puesto en Mercado en Tu barrio".
De la misma manera, dijo: "Te ofrecen comparte, pero te ponen el precio".

"Todo es plata, todo es sacrificio. Te exigen un salón, tener todo habilitado, empleados, los productos", dijo.
"Las empresas grandes te estiran mucho los pagos y uno no tiene respaldo"
Héctor Cuello, de Pastas Héctor contó que "desde hace cuatro años" que están produciendo. "Somos una empresa, pyme, familiar. Somos mi señora y yo, y tres hijos. Yo vengo de 45 años de producción de pastas, trabajé en una empresa muy importante en Paraná (Fábrica La Bianca), que me dio la posibilidad de poder emprender. Era empleado, estuve 41 años en relación de dependencia. Gracias a mis patrones pude arrancar. Si bien yo renuncié a los 41 años de trabajo, ellos me dieron cinco máquinas, y los valores necesarios para que yo pueda solventar gastos y arrancar con la fábrica. Esto que ellos hicieron es muy difícil, hoy en día, porque fue darle la posibilidad a un competidor directo", contó. De la misma manera, mencionó que estuvo "38 años como encargado general".


Abrió su emprendimiento en 2015. "El 2017 fue el boom mío, con el Mercado en tu Barrio. La venta directa te agiliza, no hay un intermediario", apuntó.

"Metas hay un montón, pero la posibilidad económica que tenemos hoy es medio complicado", destacó. Al mismo tiempo, relató que él es monotributista por lo que "los bancos me rechazan con un crédito".

Apuntó que "la economía hace que uno no pueda crecer rápido. El Mercado en tu Barrio, o ferias, o lo que sea parecido, hace que el consumo sea directo y más rápido".

Mencionó que no ha intentado colocar su producto en los hipermercados. "Por el momento sólo en supermercados chinos", aseveró.

"Las empresas grandes te estiran mucho los pagos y uno no tiene respaldo. En los supermercados chinos, uno vende y ellos pagan", relató.

Cuello destacó que cuando se fue de la empresa que le dio cobijo por tantos años les dijo que a su trabajo "lo iba a hacer mejor que acá. Y me preguntaron cómo lo pensaba hacer y les dije que iba a usar la balanza todos los días, pesar las cosas como se debe para que el gusto sea igual, hoy, mañana, toda la semana, el mes completo".
"Pastas Héctor tiene un respaldo de un ingeniero químico, un amigo. Él es el que empuja y ayuda con los análisis de todos los productos para que sean confiables. El prestigio mío hoy, es el apoyo que tengo del ingeniero que me dice 'Tenés un laboratorio' . Por supuesto que falta para ser un laboratorio, pero eso es lo que quiero, que sea un ejemplo".

La fábrica de pastas se encuentra ubicada en Avenida Almafuerte al 2800, casi Mastronardi, en barrio Villa Lola.
La opinión de los panelistas
El periodista Sebastián Martínez, indicó que "hay mensajes publicitarios que bajan las primeras marcas que dicen que son las únicas certificadas con normas internacionales y demás, la gente no termina sabiendo qué es bueno o no y elige como puede, por eso a veces eligen las primeras marcas por sobre las demás. Muchas de las segundas y terceras marcas son fabricadas por las mismas empresas de primera marca".

El panelista Mariano Kohan, manifestó que "los supermercadistas no quieren la ley de góndolas porque ellos le cobran muy caro a las grandes empresas. ¿Cuánto de ese precio del producto de la gran empresa es por su calidad, por su sanidad, y cuánto es para pagar los gastos publicitarios?".

El periodista Javier Aragón, señaló que "en las góndolas hay productos de marcas entrerrianas, tienen buen precio pero la gente no los compra, siguen eligiendo los de primera línea, por marketing, por fama o prestigio. Los consumidores somos medios complicados a la hora de elegir productos entrerrianos".

El conductor del programa, Lalo Foncea afirmó: "Nos quejamos mucho de los precios, de lo que salen las cosas, de que no hay ofertas, o que son ofertas mentirosas. Este es un momento interesante para conocer en primera persona lo que producen productores que hoy están en el estudio, pero también hacer un mea culpa de cuánto consumimos de lo que producimos regionalmente".

La periodista Luz Alcain apuntó: "Más allá de que debatamos cómo será el devenir de la Ley de Góndolas, definitivamente esto cambiaría las reglas de juego porque la empresa que por ejemplo, produce en General Galarza estaría el supermercado obligado a ofrecer el producto, en su góndola. La Ley de Góndola cambiará rotundamente la góndola que hoy tenemos como consumidores".

La periodista Ana Tepsich consideró que "hay un mito con el tema de la sanidad, los controles. Una vez un médico, me dijo 'tené cuidado con los lácteos que comprás. Tenés que leer bien que esté todo en regla'".
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