Sin embargo, en 2022 y 2023 la Argentina deberá devolverle casi US$ 45.000 millones (alrededor de 9% del "magro PBI" en dólares de 2018) al organismo multilateral.
La entidad indicó que "considerando los resultados de cuenta corriente (ingreso neto de divisas genuinas al país) y fiscales de los últimos años, es imposible que esos pagos se realicen con fondos propios".
Ante ello, quedarán tres opciones:
1) Una salida a los mercados inusual por su monto.
2) Una renegociación de los plazos de pago con el FMI.
3) Una mezcla de ambas.
Según el análisis de Ecolatina, el curso "más probable es el último, siempre y cuando la opción política que triunfe en 2019 no adopte una estrategia de fuerte enemistad con el Fondo".
Ante ese escenario, el reporte concluye que "el FMI, y más importante aún, sus recomendaciones, llegaron para quedarse, por lo que también condicionarán al próximo presidente electo".