La Comisión Europea del Biodiesel (EBB, en sus siglas en inglés) emprendió una campaña particularmente agresiva con la comisión y los Estados miembros de la UE que afirman que la Argentina distorsiona los precios de exportación de su biodiesel al imponer un impuesto a la exportación más alto sobre la soja y el aceite de soja que sobre el biocombustible. "Las acusaciones de EBB son injustas y no reconocen compromisos legales ni realidades del mercado", indicó Carbio.
"La Comisión Europea es consciente de que en el presente caso no hay evidencia real de subsidios o daños a la industria europea de biodiésel, y en septiembre optó por no imponer derechos provisionales", dijo el presidente de Carbio, Luis Zubizarreta.
Además de considerar "totalmente infundadas" las críticas de la EBB contra Argentinalos productores argentinos "ignoran su propio entorno de mercado altamente distorsionado y subsidiado", dijo Carbio.
Denunció que los productores de biodiesel en la UE se benefician de un mercado fuertemente regulado que incluye leyes de precios oficiales, con precios máximos de diesel que obligan a los distribuidores a absorber el costo. Además, "el biodiesel de la UE se produce principalmente a partir de la colza, que está muy subvencionada por la Política Agrícola Común de la UE", detalló.
Finalmente, dijo que "la propia UE cobra impuestos diferenciales con arancel de importación sobre el biodiesel del 6,5% en comparación con un arancel de importación sobre la soja del 0%". De modo que, "el arancel diferencial de importación de la UE, que ofrece protección explícita a la industria del biodiesel de la UE, es más del doble que el de Argentina para los mismos productos", agregó.