Entre enero y agosto, la industria automotriz argentina produjo 333.440 vehículos, un incremento interanual del 9,7%, según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). De ese total, la fabricación de vehículos utilitarios y comerciales cayó 0,9%, a 168.559 unidades, y la de automóviles escaló 23,1%, a 164.881 coches. Una de las explicaciones, la mayor producción de Cruze, cuyas ventas domésticas se retrajeron 3% en ocho meses, a 11.012 patentamientos, de acuerdo con las estadísticas de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara). En Brasil, entre sus versiones hatch (cinco puertas) y sedán (cuatro), se comercializaron 16.740 unidades del modelo, 3,8% menos que un año atrás, según Fenabrave, la cámara de las agencias oficiales de ese país.
GM previó un volumen mayor de ventas en el mercado vecino, donde -este año- los compradores de autos tendieron a adquirir más utilitarios deportivos (SUV) que autos medianos, explicaron fuentes de la empresa. Eso llevó a la acumulación de stocks, que motivó la decisión. Ya en el mercado interno, ante la caída de patentamientos -después de un primer semestre fuerte, el sector entró en parálisis: sólo en agosto, cayó 25% interanual-, las terminales empezaron a ajustar su abastecimiento a sus redes comerciales. En julio, sus ventas mayoristas fueron 35% menores a las de igual mes de 2017 y, en agosto, el torniquete apretó otro 32%, según Adefa.
El acuerdo alcanzado con Smata preservará las fuentes laborales, resaltaron en la compañía. También, implicará que los operarios no cobren premios adicionales por productividad y presentismo. En octubre del año pasado, GM anunció otra inversión, de u$s 500 millones (entre u$s 300 millones propios y u$s 200 millones de proveedores), para radicar la producción de un nuevo modelo, a partir de 2020.
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