Se trata de una filial de Sensei, propiedad de la firma Schejter y Schejter, los que a poco de cumplir dos años en esa ciudad, optaron por bajar las persianas.
La decisión fue rápida: se comunicó a los empleados y existiría el compromiso de la empresa de reubicar a al menos tres de los trabajadores, según publicó Tal Cual.
La situación de esta cadena de estos electrodomésticos se suma a la situación en general del comercio chajariense y conforman una situación delicada y difícil para la economía regional.
Días pasados, una importante empresa de colchones realizó un achicamiento en su personal, algunos galpones de empaque no iniciaron la temporada, los aserraderos trabajan a mitad de capacidad instalada y hay otros que directamente cerraron sus puertas.