Para tomar su decisión, el muftí consultó con asesores económicos y llegó a la conclusión de que el bitcoin entraña un "riesgo alto" para los individuos y para el Estado, y puede causar "daños financieros directos" a las personas e instituciones que lo usen y a las monedas circulantes.
También se considera que el bitcoin facilita la financiación del terrorismo y el tráfico de armas y drogas por la dificultad para su supervisión, según el texto íntegro de la fetua reproducido por medios locales.
El muftí argumentó su decisión en un dicho del profeta Mahoma, que dice "Quien nos engaña no es uno de nosotros".
En Egipto no está prohibido el comercio de bitcoins y el Banco Central ha manifestado que no pretende regular los intercambios con criptomonedas.
Sin embargo, se han registrado arrestos de personas en posesión de bitcoins, que han sido acusadas de cambio de divisas ilegal.