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A 30 años de una hazaña histórica: Argentina dejó afuera a Italia de su propio Mundial

El 3 de julio de 1990, el equipo de Bilardo lograba uno de sus triunfos más emblemáticos al imponerse por penales al dueño de casa en una de las semifinales. Tras empatar 1-1, ganó 4-3 en la definición, con las manos mágicas de Goyco.
A 30 años de la histórica victoria de Argentina ante Italia.
Foto: A 30 años de la histórica victoria de Argentina ante Italia.
Influyente en el juego, Diego Maradona lo fue aún más en la previa y su ascendencia sobre los napolitanos, discriminados por los poderosos del Norte, hizo que el estadio San Paolo viviera una noche de sentimientos encontrados ya que por un lado estaba la Nazionale y por el otro estaba Diego, el hombre que los había llevado a lo más alto del Calcio.

No es casualidad que aquel y los otros dos partidos que jugó en Nápoles fueras los únicos en los que el público no silbó el himno argentino. Aunque las cifras que se manejaban hace 30 años no eran ni cercanas a la actualidad, Italia tenía en aquel momento la liga más poderosa del mundo, con las mejores figuras y como anfitrión el Mundial estaba hecho a su medida.

Italia, favorita: Por eso no era extraño que la Azurra haya llegado a semifinales con 5 victorias en igual cantidad de encuentros y sin goles en contra. En fila se impuso a Austria (1-0), Estados Unidos (1-0), Checoslovaquia (2-0), Uruguay (2-0) e Irlanda (1-0). Además tenía al goleador del torneo, Salvatore Schilaci.

Argentina era todo lo contrario, y por más que era el defensor del título y tenía a Maradona, la campaña había sido irregular. Perdió con Camerún (0-1), le ganó a la Unión Soviética (2-0), igualón Rumania (1-1), se clasificó como mejor tercero, eliminó a Brasil (1-0) y luego a Yugoslavia (0-0 y 3-2 en los penales).
Fortalecido anímicamente tras eliminar a Brasil y más sólido en lo táctico, Bilardo alineó en el San Paolo a Sergio Goycochea; José Tiburcio Serrizuela, Juan Simón y Oscar Ruggeri; José Basualdo, Gabriel Calderón, Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga y Julio Olarticoechea; Maradona y Claudio Caniggia. Luego ingresaron Sergio Batista y Pedro Troglio.

La Italia de Azeglio Vicini salía de memoria con Walter Zenga, Franco Baresi, Giuseppe Bergomi (c), Luigi De Agostini, Riccardo Ferri, Paolo Maldini, Fernando De Napoli, Giuseppe Giannini, Roberto Donadoni, Schilaci y Gianluca Vialli. Desde el banco entraron Aldo Serena y Roberto Baggio.

Más allá de que no le sobró nada y terminó ganando en los penales, por el rival y la instancia aquella semifinal fue el mejor partido de Argentina en todo el certamen.

Goycochea transmitió seguridad y tuvo algunas atajadas muy buenas, la defensa solo concedió una chance en el tanto de Schilaci a los 17', los volantes trabajaron con gran prolijidad y en ofensiva Maradona y Caniggia llevaron peligro. Éste último, además, marcó el único tanto con un cabezazo inolvidable a los 22' del segundo tiempo.
Aunque no condicionaron demasiado el desarrollo del encuentro, Argentina tuvo en el encuentro 6 tarjetas amarillas que terminaron siendo determinantes ya que la privaron de contar con tres jugadores clave en la final ante Alemania.

El Vasco Olarticoechea, el Gringo Giusti (expulsado por doble amonestación ya en el alargue) y el mismísimo Caniggia quedaron afuera del encuentro cumbre y aún hoy más de uno piensa que con ellos en la cancha la historia ante los alemanes hubiera sido otra. Los otros dos amonestados fueron Ruggeri y Batista, quien ingresó en el suplementario.

Lo cierto es que Bilardo perdió por esas tarjetas a dos campeones del mundo fundamentales en el mediocampo y a su delantero más desequilibrante y autor de los dos goles clave ante Brasil e Italia.

Si Sergio Goycochea se había ganado la tapa de todos los diarios atajando dos penales ante Yugoslavia en cuartos de final, su actuación ante Italia lo metió de lleno en la historia grande del fútbol argentino.
El Vasco, con una confianza creciente desde que le tocó entrar por la lesión de Pumpido, no solo transmitió una enorme seguridad durante todo el encuentro sino que detuvo los remates de Donadoni y Serena para darle a Argentina el pase a la final.

Previamente, para los locales habían convertido Baresi, Baggio y De Agostini; mientras que Argentina había respondido con cuatro aciertos en igual cantidad de remates a través de Serrizuela, Burruchaga, Olarticoechea (aunque le pegó al piso) y Maradona, quien había errado en el partido anterior.

El silencio sepulcral de los italianos y la algarabía de los argentinos fueron una postal en Nápoles, mientras el país entero salía a festejar a las calles la segunda clasificación consecutiva a la final del Mundial. Maradona, Bilardo y los campeones del 86 renovaron su condición de ídolos y a ellos se sumó Goyco, el héroe de los penales.

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AFA Selección Argentina
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