La historia no fue sencilla para el Blaugrana. Con Lionel Messi en el banco de los suplentes por descanso -ingresó en los últimos minutos del complemento-, a la visita se le complicó encontrar los caminos.
El primer tanto llegó recién a los 10 del segundo tiempo, de la mano del joven Carles Aleñá. Seis minutos más tarde, Luis Suárez cambió penal por gol y sentenció la historia.
Ahora, Barcelona deberá sentarse y esperar: podría salir campeón viendo un partido ajeno por televisión.