Ocurrió, por suerte, lo primero, aunque con muchos vaivenes por parte del local, que terminó ganando 89-75, con 33 puntos y 12 rebotes de Aldridge. Ginóbili, menos participativo que el sábado ante los Wolves, acabó con 3 puntos y 3 asistencias en 20 minutos.
Los Spurs tuvieron 19 minutos brillantes, defendiendo muy bien y pasándose otra vez mucho la pelota, hasta sacar 16 de máxima (44-28), con las armas de siempre: Aldridge opción 1, Aldridge opción 2, y después otros. El ala pivote estuvo bien rodeado por los tiradores (Green, Mills, Gay), pero tras la máxima, y con Aldridge en el banco, a los Spurs se les complicó mucho anotar con la segunda unidad, teniendo en cuenta la noche torcida de Manu (0/2) y de Gasol (1/6).
Los Warriors, ya sin Green pero con Cook muy preciso, empezaron ahí a elaborar una remontada que se completó en el arranque del tercer cuarto, hasta que una rachita del intermitente Murray (6 puntos seguidos), volvió a darle aire. Era muy inestable San Antonio de cualquier manera. Se empezaron a equivocar (lo de Gay fue increíble), a frustrar y a entrar a un tornado de mal humor que solo benefició a su rival. Por algo San Antonio está en la posición que está.
Le agarró tal descompostura que pasó a perder por 4 (61-65), hasta que se volvió a prender la vela de San LaMarcus: 11 puntos seguidos de LA le dieron 7 de luz y paz interior, sobre todo. Después manejó el resultado sin sobresaltos, poniéndole la frutilla al postre con varias acciones vistosas para ganar 89-75. Cuarta victoria en fila y ascenso hasta el quinto puesto del Oeste nuevamente. Aldridge terminó con 33 puntos y 12 rebotes. Ginóbili, con 3 (0/1 dobles, 0/4 triples, 3/6 libres), 3 asistencias, 2 rebotes y 1 recupero en 20 minutos. El miércoles, quinto partido de local consecutivo, ante Washington. (Básquet Plus)
