Don Flores trabaja en su huerta a los 95 años y hace pan en su horno de barro

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Nació el 29 de enero de 1926 y después de un largo y feliz recorrido, Alfredo “Chicho” Flores, el carpintero de barrio Santa Lucía, se mantiene activo con su huerta, sus doce bisnietos y a veces, despunta el vicio en el taller de carpintería, el cual, guarda la mayoría de los recuerdos de la familia: cumpleaños y almuerzos con una larga mesa.

El “abuelo Flores” aprovechó el sol y sembró en su huerta, las semillas que les trajeron sus nietos. Con sus 95 años, trabajó la seca tierra, bajo la atenta mirada de Alvarito, uno de sus doce bisnietos.
Don Flores, fue peón de campo, albañil y carpintero en el Túnel subfluvial. El trabajo con la madera, fue el oficio que desarrolló durante casi toda su vida.

En su verde patio, cerca de un naranjo y otro que da grandes pomelos amarillos, don Chicho recibió a Elonce TV, para hablar de su manera de llevar la vida con trabajo y alegría. Trabajo poco por los años, pero de vez en cuando, prendo la máquina en la carpintería. Hice muchos trabajos de carpintería en todo Paraná”, dijo y agregó que “para entretenerme, siembro verduras en mi huerta, cada una en su temporada. Más que nada para la casa”.

“En este momento, no tengo nada en la huerta y recién estoy sembrando. Porque el verano pasado vino tan seco y no se podía sembrar. Lo que tenía ya lo consumimos y ahora, estoy esperando para tener algo de lechuga, tomate, lo que se pueda en este pedacito de tierra que tengo”, remarcó don Flores a Elonce y agregó: “esos rosales que tengo, los hice hace poco tiempo y son una clase que florecen con unas rosas tan grandes que son hermosas”, explicó.

Ya recibió las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus y por eso, aprovecha para estar más en contacto con sus bisnietos. A veces, despunta el vicio de la madera en la carpintería de sus hijos y en otras ocasiones, hace pan casero en su horno de barro, acompañado por un vasito de vino, según dijo. “De vez en cuando, me tomo un vasito de vino. A veces, me paso un poquito más y tomo una botella”, dijo con una pícara sonrisa.

“Los nietos y bisnietos son una locura de lindo, ya tengo un bisnieto de 22 años. Alvarito, de cinco, es muy compañero conmigo. Pero es muy lindo tenerlo a todos”, remarcó.
Otro de sus amores por casi 40 años, fue un antiguo Fiat 1500 de 1969, el cual lo acompaño en sus trabajos y en sus viajes familiares. “Con el problema de los años, ya no me querían dar el carnet de conducir y lo tuve que vender para no verlo que se pudriera guardado”, contó don Flores a Elonce.

Con las restricciones por la pandemia, el grupo de whatsapp de la familia, ayuda a tener contacto con Chicho y también, a mantener actualizados a los parientes, sobre el abuelo Flores.
Tranquilo, colaborador, buen vecino, paciente en sus palabras y conversador, Chicho explicó que hace pan casero en el horno, pero “hago de todo. Asado, puchero, guiso, de todo”, afirmó con una amplia sonrisa, la misma que luce en cada charla a sus 95 años. Tal vez, esa manera de ser, sea la clave de su buena salud. Elonce.com