Sociedad Córdoba

“Nací y moriré honesto”, dijo policía que rechazó coima de 11 millones de pesos

Ladrones le ofrecieron que se quedara con la mochila llena de billetes y los dejara escapar. “Mirame los borceguíes”, les respondió el agente mientras señalaba sus botas gastadas. “Soy pobre pero honesto”, terminó la frase.
Un millonario robo ocurrió en la madrugada del domingo de Pascuas en perjuicio del local de Tienda Los Ángeles, en la peatonal de Córdoba.

Mientras en la fiscalía a cargo de José Mana aún se intenta determinar el monto total de lo sustraído y si efectivamente se logró recuperar todo el dinero o acaso, por el contrario, alguien más se llevó parte del botín, se supo que los cuatro delincuentes detenidos tienen antecedentes en hechos similares.

En medio de estas revelaciones, también se conoció que el primer policía que llegó al lugar y atrapó a tres de los sospechosos recibió una tentadora oferta para dejarlos ir: 11 millones de pesos entre moneda nacional y extranjera.

Aunque no quedó escrito en el expediente, sabiéndose perdidos, los delincuentes le ofrecieron a uno de los policías que se quedara con la mochila llena de billetes y los dejara escapar. “Mirame los borceguíes”, les respondió el agente mientras señalaba sus botas gastadas. “Soy pobre pero honesto”, terminó la frase. Este policía se quedó junto a ellos y el dinero hasta que llegó el fiscal. Se aseguró que nadie más fuera tentado allí”, publicó el diario La Voz.

En la mañana de este jueves, a través del programa La Súper Mañana de radio Suquía se conoció la identidad del policía protagonista de esta historia: el agente Marcos Arce.
“Fuimos alertados por un llamado de un vecino por ruidos en las terrazas, dimos con los delincuentes. Me ofrecen el dinero a mí y mi respuesta fue inmediata”, recordó el uniformado en la entrevista. Y continuó: “Era un edificio abandonado, los tres delincuentes ya reducidos ante la situación, me dice uno de ellos que no había problemas que me quedara con el dinero y que ellos continuaran en libertad”.

“Tengo 40 años de vida y nunca aceptaría nada como esto, mirá como tengo los borceguí, gastados por el trabajo, nací honesto y voy a morir honesto. La persona me dijo “muy profesional, no tenemos nada más que hablar” y continuó el procedimiento. Fue un diálogo de adultos, no hubo que ejercer violencia de ningún tipo, fue una charla en la que tal vez ellos dudaron de la honestidad del personal hasta que desistieron”, completó Arce al recordar lo ocurrido durante esa madrugada.

Según la causa, en el edificio abandonado quedaron detenidos Mauro Gabriel Carballo (40, criado con José Ignacio Díaz y con residencia en un country de la zona sur de la ciudad) Jorge Oscar Villacorta (43, de La Calera, investigado por drogas), Franco Martín Cangioli (42, de Alta Córdoba, con causas por robo), mientras que José Fernando Álvarez (48, de barrio Kennedy, con causas por robo) fue capturado en San Martín y Colón.

Tras la detención de estos cuatros, los policías recuperaron 52 mil dólares, 1.750 euros y 2.880.000 pesos que habían sido sustraídos del local ubicado en Rivera Indarte 166.

La reconstrucción, hasta ahora, indica que los ladrones ingresaron por un amplio local de Colón al 30, hoy vacío, treparon al techo de un edificio contiguo y desde allí caminaron hasta otro complejo abandonado aledaño a Tienda Los Ángeles. Desde ese lugar, saltaron a un patio interno desierto para luego ingresar, a través de un ventiluz, a su objetivo. Antes, cortaron los cables de la alarma conectada al servicio de una empresa de seguridad. Tenían escaleras telescópicas y un arsenal de herramientas, entre las que sobresalía una amoladora.

La historia de su padre
El agente Marcos Arce es hijo del expolicía Miguel Arce (ya fallecido), quien el 19 de mayo de 1986 fue clave para evitar un atentado contra el entonces presidente Raúl Alfonsín en el predio del Tercer Cuerpo del Ejército, en la ciudad de Córdoba.

Fue en una alcantarilla donde Arce quedó paralizado cuando advirtió dos cables que antes no estaban. “Las piernas le temblaban cuando se dio cuenta de que había un proyectil LM5-RT74, al que se le había adosado un detonador eléctrico del que salían dos cables de 40 ó 50 centímetros de largo, en cuyos extremos había otro detonador a control remoto. Más allá de los detonadores, el solo contacto con una pila de linterna habría sido suficiente para activarlo”, informó el diario La Voz al reconstruir lo sucedido.
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