Dentro de ese segmento social, el 8,1% de los hogares se encuentra en indigencia, aquellos que ni pueden acceder a recursos para alimentarse, equivalente al 10,5% de la población, equivalente a 4.500.000 personas que padecen hambre. Las cifras divulgadas por el INDEC reflejan el fuerte impacto de la pandemia y las medidas sanitarias adoptadas que afectaron seriamente el aparato productivo y generaron cierre de empresas y despidos.
El organismo indicó que para el universo de los 31 aglomerados urbanos, por debajo de la línea de pobreza se encuentran 2.849.755 hogares que incluyen a 11.680.575 personas y, dentro de ese conjunto, 754.155 hogares se encuentran en indigencia y 2.995.878 en esa situación.
Sin embargo, al efectuar una proyección nacional, teniendo en cuenta una población total de 47.000.000 de habitantes, alrededor de 18.500.000 personas son pobres y 4.500.000 indigentes. Otro dato alarmante es el avance de la pobreza entre la población de menor edad: el 56,3% de las personas de hasta 14 años son pobres, una cifra que significó un aumento del 3,7% contra junio de 2019.
Sin embargo, el organismo advirtió el mayor crecimiento con relación al semestre anterior se observó en los grupos de personas de 15 a 29 años (49,6% del conjunto es pobre), con un aumento de 7,1 puntos y las de 30 a 64 (36,2%), con una suba de 5,7 puntos.
En comparación con fines de 2019, los indicadores de pobreza mostraron un aumento del 5,4% y del 2,5% en indigencia para el conjunto de la población.