Sociedad Crimen de la docente en Concordia

Crimen de docente: Al vender las joyas, acusado dijo que se las habían regalado

Matías Flaiban es el joyero a quien Luis Castillo intentó venderle las joyas robadas que pertenecían a Teresa Galli, a quien había matado horas antes. "Es algo espantoso, horrible", dijo el joven a Elonce TV.
Teresa Galli fue asesinada el pasado lunes en la ciudad de Concordia. Por el hecho, hay un único detenido: Luis Castillo, de 40 años. Se sabe que el mismo día que cometió el hecho, el sujeto se hizo presente en una joyería de la localidad para intentar vender las joyas que le había robado a su víctima.

El joven orfebre dialogó con Elonce TV y contó cómo fue la visita que le hizo Castillo y su reacción al enterarse que era el principal sospechoso de un crimen que conmocionó a la comunidad. "No es amigo de toda la vida pero lo conozco, me dijo que eran joyas de la suegra que le había regalado para terminar la casa en el fondo de la casa de la madre. Obviamente le creí, estuvimos tomando unos mates y charlamos un rato", comenzó diciendo Matías Flaiban. Y dio cuenta que Castillo "tenía entre tres y cuatro pulseras, una cadena, cuatro anillos y un par de aros".

"Le dije que averiguara cuánto le podía pagar porque no tenía idea. Al rato me manda un mensaje pero no lo leí y a la hora y media vuelve y me dice que me las dejaba porque me tenía confianza y que estaba bien lo que había dicho que le podía pagar: unos 180.000 pesos; pero le aclaré que a esa plata no la tenía en el momento y que si quería que fuera a otro lado. También me dijo que tenía un reloj pero como yo soy orfebre y no entiendo de relojes le sugerí que fuera a Buenos Aires a averiguar".

"Al otro día cuando me levanto me entero lo que pasó porque mi hermano me empieza a mandar fotos, me empiezo a desesperar y no sabía qué hacer", relató Flaiban. Entonces se pone en contacto con un familiar de Galli y le comenta sobre la visita de Castillo a su joyería. "A los 10 minutos me llama la policía agradeciéndome, vinieron y le entregué las cosas, hasta los audios que mantuve con él. Es algo espantoso, horrible", indicó.

Finalmente dijo que no le resultó sospechoso el accionar de Castillo porque lo conocía y que si hubiera sido un extraño ni se interesaba por las joyas; además remarcó que las mismas no eran de gran importancia, "eran pulseras, no eran piezas con brillantería". Elonce.com
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