Sociedad Mantenía viva la tradición en La Paz

Murió Horacio Galván, el último palanquero entrerriano

Ramón Horacio Galván, el último palanquero oriundo de La Paz, falleció este domingo en Paraná. El popular e histórico vendedor ambulante de pescados de la ciudad era también conocido como "Pico Carretel".
En la memoria de los vecinos paceños quedará su inmortal grito: "¡Hay pescado! ¿Son sordos o no tienen plata?"

Galván falleció este domingo, indica EntreRíosYA.
"Palanquero, con todo el ánimo y las ganas de servir"
En el trabajo audiovisual que lo inmortalizó, Galván decía sobre su oficio y vocación: "Siempre soñé con ser palanquero. Soñaba con otro mundo, ese mundo donde podés aprender tantas cosas: conocer tantas personas, y tantos ofrecimientos, y vos siempre te quedás con la palanca. Recorrí medio Entre Ríos. Lo importante es que a vos te conozcan, porque vos capaz no los vas a conocer, pero ellos sí te conocen: con todos mis paisanos, mis isleros. Eso es mi vida. Ahí nace el palanquero, con todo el ánimo y las ganas de servir".
El Paraná tiene historias, recuerdos y leyendas de pescadores a lo largo de su cauce, pero el tiempo las mezcla y confunde con el paso de los años. Algunas se mantienen vivas por la herencia de su gente y otras se resisten al andar incesante de los minutos y las horas.

Elonce, hace algunos años retrataba la historia de Galván, a propósito de que en Paraná ya no quedaban los comerciantes de pescado que deambulan con el palo (palanca) cruzado en el hombro y los extremos llenos de pescado, aunque en la ciudad ribereña de La Paz, sí: el "último palanquero", año a año, se preparaba para la semana con mayor venta del año: la de Semana Santa.
"Soy el último palanquero, es un oficio que ya no se enseña. En los años 70, había alrededor de 70 palanqueros. Ahora, soy el único que queda", afirmaba Horacio Galvan, en el cortometraje documental que lleva el título de "El Último Palanquero" y trata sobre la vida de Galvan en su ciudad de La Paz.
"La frase" que inmortalizó al palanquero
El documental es uno de los tantos homenajes que recibió Horacio Galván. "Uniforme blanco y palanca blanca. Tiene que estar pintada y se hace una vez por mes", contaba Galván, al tiempo que agregaba: "al rozarte con la palanca, te rozás con muchas personas. La palanca es mi vida".
Durante más de 40 años su ubicó "en la misma esquina de siempre", en San Martín y 9 de julio de La Paz, para vender pescado.

"El último palanquero" tenía una frase con la que completaba su "marketing" callejero para llamar la atención de los consumidores: "¿Son sordos o no tienen plata?", gritaba Galván con tono de sapucai en las calles paceñas.
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