Las imágenes de "pulmón del planeta" en llamas han provocado una conmoción a nivel global, mientras varios Gobiernos y organizaciones de distintas partes del mundo responsabilizan al Ejecutivo brasileño por su aparente inacción y por lo que consideran un crimen ambiental.
El presidente francés, Emmanuel Macron, acusó a su homólogo brasileño de haber decidido "no respetar sus compromisos climáticos ni comprometerse con la biodiversidad", por lo que sugirió bloquear el acuerdo de libre comercio Mercosur-Unión Europea.
Finlandia, que actualmente preside la Unión Europea, instó a considerar la posibilidad de prohibir la carne bovina brasileña en el mercado comunitario, como represalia por la escasa respuesta del Gobierno de Brasil ante la devastación causada por los incendios.
Alemania y Noruega anunciaron la semana pasada el congelamiento de sus ayudas destinadas a la preservación de la selva, dado el aumento de la deforestación en la Amazonia, de lo que hacen responsable al Gobierno de Brasil.
Entretanto, la Administración de Jair Bolsonaro sostiene que los incendios "no están fuera de control" y son habituales en esta zona, mientras el propio presidente acusa a organizaciones no gubernamentales de estar detrás de los incendios, sin ofrecer pruebas que respalden su "sospecha".