Se pudo saber que era la aeronave era de uso particular y estaba siendo piloteada por su dueño, Francisco Eugenio Drovetta de 46 años y representante de una reconocida firma de golosinas.
Fuentes señalaron que un desperfecto en una de las alas, imposibilitó al piloto controlar la aeronave, y terminó cayendo sobre una plantación de citrus, propiedad de Alejandro Velázquez.