Policiales Causa Federal

Investigan qué destino tenían los peligrosos explosivos hallados en Paraná

Simulaba un artefacto explosivo, con cables y un celular, pero sin los detonadores, lo cual hace imposible que el trotyl estalle. Lo venían a buscar desde Santa Fe. Existiría un informante que brindó datos fehacientes a la Policía.
La Justicia provincial se declaró incompetente para avanzar sobre las pistas de la procedencia y el posible destino que tenían los 12 paquetes del peligroso explosivo trotyl, - Trinitrotolueno- que fuera hallado el viernes pasado en horas de la noche, en cercanías de Villa Almendral, en la ciudad de Paraná.

Actualmente, las pesquisas están a cargo de la Policía Federal e incluso, pocas horas después del hallazgo, a través de un operativo realizado por la División Robos y Hurtos, de la Policía de Entre Ríos, una comisión investigadora que viajó especialmente desde Buenos Aires, interrogó a policías locales sobre cualquier detalle, por más insignificante que fuere y se trató de analizar sobre la marcha, si se podría tratar de un intento de atentado contra el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, cuya presencia en nuestras tierras entrerrianas ya estaba confirmada para el día sábado.

Según publica El Diario, extraoficialmente trascendió también que los federales estaban muy interesados en saber si existía alguna pista que relacione el hecho con personas ligadas a un grupo de hinchas de un club deportivo, admitiendo que también ellos están investigando a personas que estarían ligadas a una barra brava.

Los investigadores paranaenses solamente pudieron confirmar que de acuerdo a las sospechas, el material explosivo estaba en manos de delincuentes que se movilizaban en una moto tipo enduro, de alta cilindrada y que aguardaban la llegada de un automóvil que venía de Santa Fe, para buscar armas que le iban a proveer en ese lugar donde, al verse descubiertos, arrojaron la mochila con el peligroso cargamento. El hecho
Todo comenzó cuando un llamado telefónico dio cuenta de que en cercanías del Complejo Pucará, en inmediaciones de calles Ambrosetti y Suipacha, se iban a encontrar personas de Paraná con gente que iba a arribar a ese lugar procedentes de Santa Fe, en un automóvil negro, en el cual venían sujetos que iban a cerrar una transacción por armas.

En el Puesto Caminero ya se había dado el alerta para que se pusiera en aviso sobre cualquier vehículo negro con personas sospechosas.

Mientras tanto, una discreta vigilancia se montó por la zona de calle Ambrosetti, hasta que, finalmente se logró tomar contacto visual con dos sujetos con cascos, sobre una moto tipo enduro que detuvieron su andar por especio de aproximadamente un par de minutos.

Era evidente el nerviosismo de ambos y llamativa la manera en que buscaban tomar contacto visual con alguien a quien finalmente decidieron no esperar. Cuando vuelven a encender la motocicleta, y al obtenerse confirmación que no había pasado ningún auto con las características esperadas por el Túnel Subfluvial, los investigadores encubiertos se pusieron en evidencia y esto motivó que los motociclistas arrojaran una mochila que llevaban y se dieran a la fuga temerariamente, a mucha velocidad, tomando dirección hacia la zona norte.

Con gran sorpresa, los policías de civil, al revisar la mochila, advirtieron que no había armas, que era lo que se suponía iban a entregar, sino algunos paquetes encintados, por lo que presumieron que se trataba de estupefacientes y por la consistencia y peso de los paquetes, creyeron que se trataba de cocaína, por lo que llamaron a especialistas de la Dirección de Toxicología.

Cuando estos llegaron, la sorpresa se sumó al estupor de estar frente a una considerable cantidad de panes de trotyl, por lo que inmediatamente se puso el caso en manos de la Brigada de Explosivos de Bomberos Zapadores de la Policía de Entre Ríos.

Los brigadistas, conocedores de este tipo de material, saben que no es un explosivo fácil de hacer estallar, si no se cuenta con un detonador que eleve a determinada temperatura la carga por un instante, pero buscaron analizar su procedencia.

Lo único que pudieron hacer fue intentar desenvolver los paquetes, para llegar a obtener algún tipo de información o etiquetamiento, lo que fue infructuoso.

Pero dentro de la mochila incautada también quedó un teléfono celular, que simulaba estar conectado al trotyl, el que fue debidamente secuestrado por el personal policial.
Conexiones de cables entre los 12 panes de trotyl y el celular, daban una imagen intimidatoria, estaba preparado más como una amenaza o una intimidación para ser colocada en algún lugar, sin ánimo de que explote, ya que -se supo luego de explorar el material- no tenían colocados los detonadores, sin los cuales es imposible que este tipo de explosivo químico estalle.

Apenas habían informado los hombres de Investigaciones a la Fiscal Paola Farinó sobre los detalles del procedimiento, la magistrada les solicitó que no inicien ningún tipo de chequeo al teléfono hallado ni otro tipo de tarea, ya que la Policía Federal se haría cargo de la causa.

Es que por el tipo de material incautado, la jurisdicción sobre la Ley Nacional 20.429 es pura y exclusivamente Federal.

Existiría un informante
Presumiblemente, ya en horas de la mañana de este lunes, en el Juzgado Federal de Paraná, el doctor Leandro Ríos cuente con los primeros informes de la situación y ordene el chequeo en laboratorio electrónico del teléfono secuestrado.
No obstante, habría comentarios de que existiría un informante que podría ser tanto un arrepentido o quizá alguien que quedó fuera de la negociación, que brindó información fehaciente a la Policía, de lo cual el viernes se tuvo la más concreta confirmación.
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